Agosto es sinónimo de la Virgen de Urkupiña en Bolivia, una advocación vinculada a fiesta de la Asunción y que tiene los días centrales entre el 14 y 16. En tiempos sin pandemia suele ser una festividad llena de folclore y religión que también rompe fronteras. No en vano La Mamita también es conocida como la patrona de la integración y su amor llega a sitios como Argentina.
El municipio boliviano de Quillacollo, en el departamento de Cochabamba, suele transformarse en centro de referencia para miles de peregrinos dispuestos a homenajear a la Virgen y acompañar diversas actividades entre las que se destacan danzas, despliegues folclóricos, la presencia de fraternidades y celebraciones religiosas.
Sin embargo, ya desde 2020, la pandemia ha generado varios cambios en la manera de celebración.
En los últimos días se hizo el lanzamiento de la festividad 2021 y se confirmó que por segundo año consecutivo lo virtual ganará protagonismo. El arzobispo de Cochabamba, monseñor Oscar Aparicio, hizo referencia a que una vez más será La Mamita la que llegará a los hogares y corazones de los fieles.
“Tenemos esta posibilidad, de saber que la Virgencita, desde este Santuario, llega donde tú estás, donde tu familia está. Muchos no vendremos aquí a este templo, no peregrinaremos físicamente, pero la virgencita va a nuestra casa, a nuestros corazones; y gracias a los medios podemos también, este año, celebrar dignamente y gozosos por la presencia de nuestra Mamita e Urkupiña”, expresó el Arzobispo en relación a celebrar la festividad virtualmente, reproduce el portal Iglesia Viva.
Al mismo tiempo, durante el acto de presentación de la actividad, se hizo el descubrimiento y bendición del afiche 2021 y que se caracteriza por un cielo oscuro, pero con la imagen de la Virgen. Precisamente, ella es “la luz de la esperanza que nos da la fuerza”, reconoció monseñor Iván Vargas, obispo auxiliar de Cochabamba.
La tradición sobre la Virgen de Urkupiña en Bolivia se remonta al año 1700 y está vinculada a una humilde familia de campesinos. Más precisamente con la aparición de la Virgen a una pastorcita que recorría las colinas de Cota, al sudeste de Quillocollo. Luego de varias oportunidades en que la pequeña era visitada por “La Mamita”, junto a un hermosísimo niño en brazos, sus padres lograron ser testigos de los hechos e incluso llevar el caso al párroco local.
Desde aquel momento la Virgen de Ukupiña es muy venerada en esa región y los relatos de milagros son extensos, recuerda el portal del santuario que lleva su nombre.
Con el correr de los años esta festividad cobró mayor relevancia. Hoy en día – de alguna manera gracias a los migrantes bolivianos- la festividad que se vive en Quillacollo ha atravesado fronteras y se celebra en varias ciudades del mundo de países como Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, además de España e Italia.