En la India, una ley de 2006 prohíbe y castiga los matrimonios entre adultos y menores, a pesar de esto los casos de niñas casadas todavía están muy extendidos. La pandemia ha agravado la situación, pero hay notables excepciones.
La historia de Priyanka Bairwa es especialmente alentadora para las niñas que viven en las zonas más pobres y rurales de la India.
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La que cuenta su historia con final feliz es una joven de Rajasthan, su nombre es Priyanka Bairwa y hoy está al frente de un movimiento que da la bienvenida a más de 1000 niñas que se han negado a un matrimonio precoz y forzado.
Tenía 15 años cuando su padre decidió con quién debía casarse, pero cuando la boda estaba a punto de celebrarse a los 18, Priyanka se negó. La casta de su familia es la de los dalits, los que conocemos como 'parias' o 'intocables'; y la pobreza extrema es una de las principales causas que llevan a renunciar a hijas aún menores de edad.
Una niña que se unió a la asociación fundada por Priyanka, Rajasthan Rising, dice que su boda fue concertada cuando tenía solo dos meses de edad.
Hay dos raíces de esta antigua tradición: la idea de que la hija es menos productiva que el varón desde el punto de vista laboral, y el llamado "precio de la novia", la costumbre de pagar generosamente por una novia muy joven.
La ley estatal no ha logrado cambiar el statu quo que impide que muchas niñas tengan un futuro libre y pacífico y, en cambio, las condena a violencia y abusos graves.
Pero donde la imposición desde arriba falla, la pequeña fuerza personal que se mueve desde abajo puede tener éxito en su lugar. Es – llamémoslo así – "la esperanza de Frodo": el pequeño tiene la capacidad, en su presencia casi invisible, de moverse y romper el hormigón armado del mal.
Además de oponerse con éxito a su matrimonio precoz y concertado, Priyanka Bairwa comenzó a recurrir a quienes se encontraban en su misma condición: pobres y destinadas a ser privadas de la educación básica y los derechos humanos.
Una señal realmente significativa, y algo cosa que no se da por sentado, es que frente a la postura de su hija, toda la familia se unió para apoyarla.
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Pequeña chispa provoca gran llama, nos enseñó Dante. Basta una pequeña cosa, basta un auténtico fragmento humano iluminado por el amor al bien para que el fuego arda.
Pero, ¿cuál es el objetivo de estas chicas? Es muy práctico y preciso: piden que el acceso a la educación sea gratuito para las niñas hasta los 18 años y que cada una reciba un fondo mínimo de 49 libras al inicio de cada curso escolar.
Se podría decir que es un paso que se puede dar, y sería una inversión verdaderamente con visión de futuro para una India a pedazos en medio de Covid. Los hospitales son una forma de atención fundamental en una emergencia, pero después la gente no debe ser abandonada en un tejido social en extrema pobreza y crisis.
Las escuelas, la apuesta por apostar por la educación, son el aliado del hospital, la primera línea a seguir para la salud real de todos. Es la salud de un hombre y una mujer que aprenden la dignidad de su persona y encuentran las herramientas para poner su valor al servicio del bien común.
India tiene muchas primicias tristes en la actualidad. Ya era el país donde vivía un tercio de todas las niñas novias del mundo, y es el segundo país más afectado por Covid: unos 6 millones de casos.
En India, los encierros han infligido un golpe fatal a las familias, y especialmente a los niños. Millones de jornaleros se encontraron sin un medio de vida. Esto ha empujado a las familias más pobres a buscar algún tipo de ingresos también a través del trabajo de sus hijos. El cierre de escuelas fue otro incentivo para la explotación infantil:
A nivel mundial, se estima que más de 10 millones de niñas en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, ya no regresarán a la escuela después de la interrupción forzada debido a Covid (fuente Save The Children).
Estos números enormes pueden volvernos derrotistas desde el principio, o pueden hacernos apostar aún más por la "esperanza de Frodo".
Olvídese de las consignas gritadas en grandes plataformas. Apoyamos concretamente a quienes se trasladan de casa en casa en primera persona; a quienes trabajan en el campo apoyados en una visión humana guiada por la conciencia de que cada ser humano, niño y niña, es un tesoro en cuerpo y espíritu que custodiar.