Cuando el Parlamento argentino aprobó la ley del aborto a finales del 2020, también hizo lo propio con una ley que apoyaba la maternidad vulnerable desde el momento de la concepción hasta los tres años de vida. Sin embargo, esa ley nacional aún no fue reglamentada: todavía no se dispusieron los elementos administrativos y legales para implementarla.
Así lo advirtió el doctor Nicolás Lafferriere, del Centro de Bioética, Persona y Familia, en Argentina:
“Se ha dado prioridad absoluta a la promoción del aborto como política pública y se han postergado las medidas que apuntan a ofrecer ayudas a la mujer y su hijo por nacer”.
“Siempre fue mi compromiso que el Estado acompañe a todas las personas gestantes en sus proyectos de maternidad y cuide la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo. El Estado no debe desentenderse de ninguna de estas realidades”, había declarado el presidente Alberto Fernández. Lo había hecho al expresar su apoyo a la ley del aborto y también a la ley de los 1000 días.
Los programas de 1000 días, no obstante, se llevan adelante en distintos distritos argentinos sin el apoyo de una ley nacional. Lo mismo sucede en otras partes del mundo. Municipios y provincias los han adoptado como estímulo y acompañamiento de la familia en situación de vulnerabilidad desde el momento de la concepción hasta los dos años de vida. La suma de ese tiempo es el equivalente aproximado a mil días.
En la ley argentina, se habla de un apoyo desde el momento del embarazo hasta los tres años de vida, lo que totalizarían más de 1350. Por eso, pese a la coloquialidad con la que se entienden los programas de mil días, no se explicita de esa manera en el documento final aprobado.
Durante las discusiones previas a la sanción de las leyes se expusieron en numerosas circunstancias las contradicciones de sancionar en simultaneo una ley que avalaba la eliminación de la vida por nacer y otra que la apoyaba con recursos del estado. Al extender el plazo del programa de apoyo hasta los 3 años, y al eliminar del texto formal la idea original de los mil días, los promotores buscaron matizar la incongruencia.
La advertencia del Centro de Bioética tuvo lugar a propósito del 8 de agosto, conmemoración del Día Internacional de Acción por las Dos Vidas en recuerdo del rechazo al aborto del parlamento argentino en 2018 fundamentado en que tanto la defensa de la madre como del niño habrían de ser protegidas. La efeméride congregó a cientos de personas en distintas partes del país con consignas a favor de la vida, y también las redes sociales. La legislatura de la provincia de Córdoba incluso expresó su beneplácito formal por la conmemoración.
La reglamentación de la ley permitiría un apoyo económico anual a la familia, el diseño de un modelo de atención integral para madre y niño, la capacitación del personal de salud para poder acompañar los embarazos, el facilitar el seguimiento perinatal y otras estrategias de control del embarazo enumeradas en el análisis del Centro de Bioética.
En cambio, como advierte el doctor Lafferriere, “el Estado está incumpliendo una ley que sancionó el Congreso y está promoviendo, en cambio, de forma decidida, el aborto en todo el país, impulsando la ley 27610 que tiene graves problemas constitucionales por violentar el derecho a la vida”.