Ladrillo y cal. He aquí sus componentes de construcción más notorios. La Catedral Basílica Menor de San Lorenzo es el principal templo católico de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra. Representa un auténtico ícono tanto cultural como religioso.
El encargado de proyectarla en la primera mitad del Siglo XIX, en sustitución del viejo templo que había en el lugar, fue el arquitecto francés Felipe Bertrés. La consagración, tras pasar incluso por un proceso de modificación que la vincularía al estilo neo-clásico, recién se dio en agosto de 1915.
De la Misión a la catedral
La catedral basílica también deslumbra por su interior en cuanto a sus bóvedas de madera.
Incluso, según recuerda el portal Bolivia online, en el altar principal, «parte de la cubierta original fue tallada en plata en la Misión Jesuítica de San Pedro de Moxos, y tiene cuatro altos relieves esculpidos que fueron traídos también de la misma Misión».
En tanto, en cuanto a su fachada, hubo modificaciones durante la segunda mitad del Siglo XX, algo que derivó en su aspecto actual y que tuvo como objetivo dejar al descubierto piezas de ladrillo cerámico.
Santa Cruz celebra a su patrono
Este 10 de agosto -fiesta de San Lorenzo Mártir- Santa Cruz celebra a su patrono. Efectivamente, la catedral se transforma en epicentro de las conmemoraciones y hace referencia a un vínculo que tiene más de 400 años.
«Todo se remonta a los inicios de nuestra ciudad, cuando Don Lorenzo Suárez de Figueroa, conquistador, que fue nombrado gobernador, encomendó la intercesión de San Lorenzo Mártir para que proteja a la joven ciudad de Santa Cruz, por aquel entonces: San Lorenzo Real de la Frontera», recordaba hace un tiempo el Arzobispado de Santa Cruz.
Reestructuración
Con el paso del tiempo, se agrega, el Obispado de Santa Cruz siguió bajo la protección de San Lorenzo Mártir y posteriormente nombró con ese título a la basílica catedral, además del seminario de la Arquidiócesis.