Imagínate estar trabajando como vigilante en un establecimiento, y que en las horas de la noche algo te ataque y te golpee.
Pues bien, eso fue lo que ocurrió hace unos días, en una población colombiana ubicada a 270 km de Bogotá.
El hecho quedó filmado en una cámara de video, e inmediatamente algunos medios de comunicación entraron en contacto con personas “expertas” en fenómenos paranormales y se habla de la presencia de un “fantasma”.
Sin hacer un juicio sobre este caso, sí creo que es una oportunidad para profundizar nuestra fe sobre estos temas.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
Es decir, la Iglesia enseña que después de la muerte hay una "retribución inmediata".
Es el juicio particular para cada alma, donde se irá al cielo, al purgatorio, o al infierno, de acuerdo a sus obras y su fe.
Ahora bien, un alma ya fallecida puede manifestarse, y de hecho hay varios testimonios en este sentido.
Cómo se manifiestan las almas
Pero la manera de manifestarse depende del estado o lugar en que se encuentra.
Así por ejemplo aquellas almas que gozan de la presencia de Dios por encontrarse en el cielo usualmente se manifiestan dejando paz, trayendo alegría, y en algunas ocasiones un olor agradable como por ejemplo el olor de rosas.
Para mencionar solamente algunas de estas manifestaciones de almas santas, recordemos a san Miguel Arcángel.
En los diferentes lugares donde se ha aparecido: Tlaxcala, México; Monte Gargano, Italia, ha hablado de dar la salud: las piedras en Gargano, que liberan de la plaga, y el agua en México.
Otro santo que se ha manifestado ha sido san José, quien apareció en la última manifestación de Nuestra Señora en Fátima con el Niño Jesús en sus brazos, y bendecía al mundo.
Santa Catalina y Santa Margarita se le aparecen a santa Juana de Arco, y la ayudan para dirigirse y hablar con el Delfín Carlos VII quien se hallaba escondido.
De santa Teresita del Niño Jesús es una devoción popular el creer que cuando se le reza a esta santa, ella se manifiesta dando una rosa blanca.
Desde el purgatorio
Respecto a las manifestaciones de las almas del purgatorio son diferentes las características que rodean sus apariciones.
Generalmente las almas del purgatorio piden oraciones, que se le apliquen misas para que se termine o acorte su tiempo en el purgatorio.
Varios son los testimonios de este tipo de manifestaciones. En Roma se encuentra el Museo de las almas del Purgatorio. Allí se se recogen testimonios y objetos de las visitas de estas almas.
La santa colombiana santa Laura Montoya narra en su autobiografía una serie de manifestaciones de almas del purgatorio, a las cuales la santa les prometía orar e interceder por ellas.
El Padre Pío de Pietrelcina afirmaba: "más almas de los muertos del purgatorio que de los vivos subían [a este monasterio]".
A san Gregorio Magno Papa se le aparece el monje Justus el último día de las 30 misas que el Papa celebraba por él. El monje dice que, gracias a estas misas ya había sido librado del purgatorio.
Santa Margarita Maria Alacoque narra:
Manifestaciones perturbadoras
En lo que se refiere a las manifestaciones de las almas condenadas, sus características son totalmente diferentes: no piden oración ni misas por ellas, perturban la paz, no dan bendición, y en algunas ocasiones lo que piden son cosas exageradas, y pueden ser violentas o causar daño.
En la aparición del 13 de julio, Nuestra Señora en Fátima les muestra a los pastorcitos el infierno. Sor Lucía lo describe así en sus Memorias:
El reconocido exorcista Gabriel Amorth en su libro Memorias de un exorcista. Mi lucha contra Satanás narra que durante un exorcismo fue "visitado" por 3 almas condenadas, que habían poseído el cuerpo de una joven y le infligían dolores y daños físicos.
Almas errantes
Así que las manifestaciones, dependiendo del lugar o estado en que se encuentra el alma, tienen distintas características y son diferentes.
Además de las anteriores manifestaciones, es posible que un alma no haya encontrado el camino a Dios, y esté esperando su juicio. Son las llamadas almas errantes.
Debo decir que esta es una cuestión abierta en la teología. Sin embargo hay varios testimonios que dan pie para hablar de esta posibilidad a manera de hipótesis.
Personalmente conozco el caso de un médico anciano que contaba que en su época de estudiante debían buscar un esqueleto para estudiar.
Una noche oyó unos gemidos muy fuertes, sin saber la procedencia de dichos aullidos, comenzó a buscar hasta encontrar que provenían del esqueleto que tenia en su cuarto.
Al día siguiente lo enterró cristianamente y cesaron los gritos de dolor que había escuchado.
Otro testimonio de un sacerdote que fue a un velorio; al entrar, los familiares del difunto lo dejaron solo, y de un momento a otro se "levantó" el difunto, pidió la confesión y el sacerdote le dio la absolución.
Maria Simma también cuenta varias experiencias en este sentido. El Padre Fortea ha dedicado un libro a estudiar este tema y que precisamente lleva el título de Tratado de las almas errantes.
El sacerdote español afirma que ha escrito este libro debido a los varios testimonios recogidos durante exorcismos practicados.
El Padre Fortea afirma:
Juicio particular suspendido
Algunos testimonios mencionan que sobre estas almas Dios ha decidido suspender el juicio particular de ellas, y esto debido a las oraciones que otros han hecho por ellas.
Se suspende el juicio, y en este caso el alma puede hacer méritos para ganar la vida eterna y salvarse.
Así como en el mundo hay ocasiones en las que el juez debe suspender el juicio, por la razón que sea (los abogados así lo piden, causas de salud, etc) y en este caso el acusado todavía no recibe una condena; así también ¿por qué Dios, juez misericordioso, no podría suspender el juicio sobre un alma?
Esta hipótesis se aplicaría a los hombres y no a los ángeles, toda vez que como enseña Juan Pablo II, la decisión de estos seres espirituales es más radical que la de los hombres, y esto debido al grado del conocimiento del amor y bondad de Dios.
Es por ello que no existen "ángeles errantes", como sí pueden existir "almas humanas errantes".
Recordemos la parábola del juez injusto y la viuda que le pedía incesantemente:
Por ello clamemos a este Dios justo y misericordioso, clamemos sin cesar por tantas almas que necesitan de nuestra oración y pidamos misericordia. Recordemos el aviso que dio Nuestra Señora en Fátima: