Jesús envió a sus apóstoles a predicar la buena nueva del Evangelio y sanar a otros. Una forma de hacerlo fue mediante la aplicación del aceite, como se narra en el Evangelio de Marcos, “Expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo” (Marcos 6, 13).
Los apóstoles no tenían que usar cosas físicas como el aceite para curar a los enfermos, pero Jesús específicamente hizo que usaran aceite para producir curaciones milagrosas. Y Jesús sigue haciendo curaciones similares hoy por la intercesión de los santos y los sacramentales de la Iglesia. Uno de esos sacramentales que ha producido muchas curaciones milagrosas a lo largo de los siglos ha sido el aceite que se asocia con varios santos.
A menudo, estos aceites se recogen en las tumbas de los santos o se crean al poner una reliquia de primera clase dentro de una tina de aceite. En cualquier caso, muchas personas afirman haber sido curadas mediante el uso devoto de estos aceites.
El el santo óleo no es un "amuleto de la suerte" que cura instantáneamente a quien toca, pero sabemos que Dios ha elegido trabajar a través del mundo material que creó. No es el aceite en sí lo que cura, sino el poder de Dios a través de la intercesión de un santo en particular.
Arriba hay una breve galería fotográfica que resalta seis aceites que tienen un historial de curaciones milagrosas.