El santuario del Señor de Huanca está situado a casi 50 kilómetros de la famosa ciudad peruana de Cusco, en el distrito San Salvador, provincia de Calca. El peregrino tiene algunas opciones para ponerse en camino y llegar a destino. Lo puede hacer con un vehículo a través de autopista o caminando, un desafío que le podría demandar alrededor de cinco horas.
Pero más allá del medio utilizado, a sabiendas de la devoción especial que tienen los que se ponen a peregrinar a pie, el Señor de Huanca sigue causando gran fervor entre los fieles de Perú. Es que la imagen de este Cristo martirizado vinculado a la zona andina cautiva a los visitantes cada mes de septiembre. Esto aparece en particular el 14, día central de la festividad.
La peregrinación multitudinaria que suele ocurrir en tiempos sin pandemia por lo general tiene personas que llegan también desde países como Bolivia, Chile, Paraguay y Argentina, entre otros. Además, en la zona, se lo considera un Señor muy milagroso.
La propia hermandad del Señor de Huanca recuerda a través de las redes sociales que es “considerado como el ‘médico de los pobres’ por la gran cantidad de milagros relacionados a la salud de los fieles visitantes”.
“Huanca es un hermoso paraje situado en las faldas de la montaña Pachatusan (El que sostiene el mundo), casi a las orillas del río Vilcanota”, añade.
En la actualidad esta celebración suele distinguirse por la mezcla de elementos religiosos con los andinos, pero en cuanto a su historia u origen aparecen diversas versiones. La primera data del Siglo XVII y tiene que ver con una explotación de trabajadores en una mina. Al momento que uno estaba siendo castigado, recuerda el portal Cuscoperú.com, un hombre llamado Diego Quispe salió en su defensa y terminó siendo encerrado para también ser castigado.
Pero Diego logró huir y mientras atravesaba el camino en la noche por el sector Huanca buscó refugio. Fue ahí que logró meterse en una especie de cueva y rezar para que no lo encontraran. Al rato escuchó lo siguiente:
"Diego ... Diego ... te elegí para ser una paloma, paloma mensajera mi bondad y misericordia, este lugar ha sido elegido como un volcán de amor y una fuente refrescante de perdón, ve a tu gente, muéstrate al sacerdote, haz tu servicio y vuelve conmigo. Estaré aquí. Parte al amanecer”.
Con el tiempo, prosigue la reseña, Diego hizo su primer peregrinaje al lugar con un grupo de personas y el sacerdote, momento en que vio a Cristo que estaba en la cueva con heridas recientes después de haber sido azotado. Luego llamó a los demás para que lo vieran. La devoción se extendió.
En cuanto a la segunda versión, la historia reproducida por el portal habla de un rico minero muy enfermo llamado Don Pedro, quien tras saber que llegaba a la ciudad un médico extranjero de gran reputación lo contactó. El hombre hizo un tratamiento siguiendo las recomendaciones del médico y se sanó. Posteriormente, debido a esto, le ofreció su riqueza, pero médico le contestó: "Si quieres hacer algo por mí, visítame en mi casa".
Cuando Pedro fue a Huanca descubrió sobre una roca que la imagen de su salvador estaba pintada sobre una roca.
Hasta aquí dos versiones difundidas, pero que también tienen variantes en cuanto a su relato, ofreciéndose en otros sitios diversas características. Nada de esto obstaculiza el amor que despierta hoy en día el Señor de Huanca entre los fieles.
En 2021, a raíz de la pandemia del coronavirus, las misas y celebraciones en honor al Señor de Huanca volvieron a tener una fuerte impronta virtual. El motivo, con en todos los casos similares, evitar aglomeraciones y contagios, máxime en una región con presencia de la variante delta.
Esto llevó también a la restricción del acceso del santuario ubicado en la provincia cusqueña de Calca. Las medidas se mantuvieron hasta este 14 de septiembre.
La festividad en honor al Señor de Huanca y la Peregrinación al Santuario Nacional de Huanca fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación en 2014.