Muchos santos afirman que dialogaron con las almas de los muertos. Estas visiones sucedieron en diversos momentos de sus vidas.
Estos santos comparten un aspecto: las almas con las que entraron en contacto a menudo estaban atribuladas, sufriendo, inquietas. Y se encontraban en el Purgatorio, a la espera de expiar sus pecados.
De Padre Pío a santa Brígida
La reconstrucción de sus testimonios proviene de sus propios escritos y aquellos biográficos. Los actos, muy detallados, fueron objeto de estudio en los procesos de canonización.
Desde san Pío de Pietrelcina a santa Brígida de Suecia: en cada época ha habido santos capaces de ver y hablar con los difuntos en la otra vida.
Los santos que hablaron con los difuntos
El primer contacto con las almas de los muertos
El primer testimonio de un contacto con los difuntos fue el de santa Perpetua, en el siglo tercero después de Cristo.
Perpetua antes de padecer el martirio (203 d.C), dice haber encontrado a Dinocrate, su hermano fallecido de cáncer.
Dinócrates, de hecho, murió de cáncer facial.
Místicas de nuestros días
Los últimos testimonios, en orden cronológico, se refieren a místicas que se han encaminado hacia los altares, pero que aún no son beatas ni santas.
Estamos hablando de la austríaca María Simma (fallecida en 2004) y la calabresa Natuzza Evolo (fallecida en 2009).
Ambas detallaron sus supuestos contactos con las almas de los muertos que, sin embargo, se tienen que comprobar (en el caso de Simma no se ha abierto aún el proceso de beatificación, en el de Natuzza la apertura se llevó a cabo en 2009).