Denise Núñez es una médico vocacional. Creó y dirige la Divino Niño Foundation, una prestigiosa entidad con sede en Nueva York. Como pediatra intensivista, pasan por sus manos niños en estado muy grave: han tenido un trasplante de corazón o de riñón, por ejemplo.
Cuando comenzó la pandemia no se resignaba a quedarse en casa y desconectar de los niños -sus pacientes- y sus familias. Lleva años ejerciendo la Medicina en el Bronx, sobre todo entre la comunidad hispana. La necesitaban más que nunca.
La del Bronx es una población que ha recibido un golpe muy duro con el coronavirus puesto que los habitantes de la zona son por lo general personas de escasos recursos, que no disponen de un seguro médico. Muchos de ellos son inmigrantes de origen latino que viven en apartamentos pequeños, sin posibilidad de distancia social ni aislamiento en caso de contagio.
Una familia normalmente dispone de 50 metros cuadrados y una o dos habitaciones, no más, para compartir entre abuelos, tíos, primos, papás y niños.
La doctora entendió que la COVID-19 requería dar un paso adelante. Un esfuerzo adicional. Así que ha tratado de acompañar a las familias a través de las redes sociales, concretamente de su Instagram.
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Ahí lanza pequeños vídeos en los que explica cuestiones que preocupan y que una persona que no tiene seguro médico en Estados Unidos no sabe a quién preguntar. Es un modo de llevar la telemedicina a los hogares y, con ella, la serenidad y la paz. La especialista se convierte, en realidad, en médico de atención primaria las 24 horas del día y 7 días a la semana.
Quien quiere, puede dejarle preguntas o dudas en los comentarios de los posts y ella responde.
En esta fórmula de servicio a la comunidad, la doctora Núñez refleja su modo de vivir como católica. Anima a las familias a que estén unidas y a que recen unidas, fortalece los vínculos, calma inquietudes. Lo hace con profesionalidad y brindando pequeñas píldoras de conocimiento para resolver dudas como:
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Denise Núñez hace sus vídeos en español. Nació en República Dominicana y es su lengua materna, lo cual es una ventaja ahora puesto que la población de zonas como Queens y el Bronx se encuentra con el grave obstáculo del idioma: muchos sanitarios solo hablan inglés y esto produce dificultad para comunicarse con los hispanos.
Después de estudiar Medicina también en República Dominicana, emigró a Estados Unidos y ya lleva décadas en la Gran Manzana. Forma parte de la red de médicos SOMOS, que atiende a personas de escasos recursos en la ciudad de Nueva York.
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