Lo dice a Aleteia el periodista Pedro José Rodríguez-Rabadán, que acaba de presentar en Madrid el libro Huellas de una tormenta. Testimonios 10 años después de la JMJ de Madrid.
Además, colaboran los cardenales Carlos Osoro, Antonio María Rouco Varela y el alcalde de la capital española, José Luis Martínez Almeida.
Rodríguez-Rabadán tuvo el “privilegio” de retransmitir la JMJ de Madrid para Telemadrid, la cadena de televisión de la región.
Asegura que “ni he visto ni creo que veré ocho minutos de televisión como los que se vivieron el 18 de agosto de 2011 en Cuatro Vientos”.
Se refiere a la adoración al Santísimo durante la vigilia de oración.
Acababa de producirse una tormenta de gran magnitud y el aeródromo que albergaba a dos millones de jóvenes era un lodazal.
Empapados cayeron de rodillas ante el Santísimo en medio de un silencio sepulcral.
“Fueron de una intensidad insuperable”- dice- para explicar que el poder de la imagen era tan fuerte que, en persona y a través del televisor, se podía apreciar el encuentro de Dios con cada uno de los asistentes.
“Todo cobró sentido” –añade, aportando su experiencia personal en la que se unió la parte profesional con la espiritual.
Este periodista televisivo rememora toda la JMJ ofreciendo una narración desde el punto de vista de quien tuvo la oportunidad de seguirla minuto a minuto para contarlo.
Aporta también su experiencia, de tal forma que acompaña al lector con un relato ágil y ameno que va más allá de un simple recuerdo de lo que pasó.
“El libro sirve para recordar lo que pasó, para que cada uno se pregunte qué huella le dejó la JMJ de Madrid y para –ojalá- inspire a los jóvenes de hoy a ver cómo acudir a estos encuentros les puede cambiar la vida para bien. Al leerlo se podrán imaginar dentro de 10 años” –dice Rodríguez-Rabadán.
El libro cuenta con una veintena de testimonios. Todos hablan de su experiencia personal, de cómo Dios les tocó el corazón y les cambió la vida.
Pero no son testimonios extraordinarios, son cotidianos. El lector se puede identificar con ellos.
Cuenta además con tres prólogos que sirven también de testimonio, el del cardenal arzobispo de Madrid Carlos Osoro; el del cardenal arzobispo emérito de Madrid Antonio María Rouco Varela; y el del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
El político califica como “éxito” la JMJ de Madrid, a la que él acudió como peregrino:
Narra su odisea con sus amigos, para terminar de nuevo en la tormenta que precedió a la Adoración:
Y añade, “volví a casa cansado, pero alentado por aquella experiencia”.
El autor sentía la llamada de escribir un libro. Fueron unas palabras de Benedicto XVI tras la Misa de Envío las que le marcaron el camino:
Rodríguez-Rabadán nos cuenta que “esas palabras siguen hoy resonando con fuerza porque la semilla que se plantó sigue dando muchos frutos”. Este libro quiere regarlos más, para que el fruto no muera.
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