En quechua (lengua indígena) se denomina Anta –Coya que significa “cobre-reina”. Se trata de la Virgen de Andacollo, una de las advocaciones marianas más antiguas de Chile, cuya devoción comenzó allá por 1560 (puedes descubrir más aquí).
En los primeros días de octubre, como es habitual, los fieles suelen visitar el Santuario de la Virgen del Rosario (la “Chinita” del Rosario, como se le dice de manera más coloquial). Sin embargo, por segundo año consecutivo, por la pandemia del coronavirus, aquello de calles repletas de peregrinos no pudo ser.
Imágenes de lo que suele ser la festividad:
Fue así que, tal cual recuerda la Iglesia de Chile, el Consejo Pastoral Parroquial del Santuario andacollino decidió dar vida al denominado Encuentro con María, Compartiendo la Esperanza. Esto sucedió el pasado domingo 3 de octubre y hubo en el lugar un número reducido de fieles. Del otro lado, miles de peregrinos virtuales se conectaron a través de diversas plataformas de comunicación.
“Lo que precisamos en nuestros tiempos es sobre todo la esperanza, vivir en esperanza, dar esperanza, compartir la esperanza, indicar que nuestra esperanza es Cristo. En años de tantos sufrimientos por las graves consecuencias del COVID-19, millones de personas contagiadas, millones de hermanas y hermanos fallecidos, millones que han perdido sus fuentes laborales en el mundo entero. Especialmente los deudos han recibido y otros seguirán esperando una palabra de esperanza de los discípulos de quien trajo la esperanza al mundo, Jesucristo nuestro Señor y Salvador”, expresó el arzobispo René Rebolledo Salinas.
No obstante, a pesar de los pesares, si bien muchos no pudieron llegar al santuario, la que sí salió a bendecir a sus hijos fue la propia Chinita. Lo hizo a través de una caravana vehicular y entre los habitantes de Andacollo. Fue ésta la manera que se encontró para mostrar esa cercanía para con las personas que ya llevan más de un año sin participar de las celebraciones tradicionales
“Esperábamos este momento con mucha ansiedad y esperanza. Lo vivimos con alegría, gozo y felicidad, porque cumplimos lo que anhelábamos, es decir, nuestro encuentro con María que nos lleva a Jesús. Es algo fundamental y hermoso de nuestra fe, que no estamos solos en este tiempo de pandemia, acompañados mutuamente y con la seguridad de que Dios siempre nos ama, está con nosotros y nos refugia”, añadió el padre Adam Bartyzol, rector del santuario andacollino, agrega la Iglesia de Chile.
Por último, el testimonio de uno de esos peregrinos virtuales: “A pesar de no estar con ella en Andacollo, hemos vivido con alegría su fiesta, ya que lo hemos hecho en familia, agradecidos de todo lo que Dios nos da. Sé que no ha sido fácil, pero con su compañía todo será más llevadero. Agradecemos estar unidos, con buena salud y trabajo. Esperamos que el próximo año podamos volver a subir hasta el Santuario”.
Con información en base a Iglesia de Chile