El papa Francisco ha manifestado hoy públicamente su dolor y vergüenza por la incapacidad de la Iglesia en prevenir y acompañar a las víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros del clero en Francia durante los últimos 70 años.
En la audiencia general del miércoles en el aula Pablo VI, el Pontífice lució afligido al referirse al informe independiente que fue entregado ayer a la conferencia episcopal de Francia.
Una comisión se encargó de evaluar la amplitud del fenómeno de las agresiones sexuales y la violencia contra los menores desde 1950.
“Por desgracia, las cifras son considerables. Me gustaría expresar a las víctimas mi tristeza y dolor por el trauma que han sufrido", ha expresado el Papa de 84 años.
De hecho, el informe ha indicado que sacerdotes y religiosos abusaron de 216.000 menores en Francia entre 1950 y 2020; si bien la cifra ascendería a 330.000 si se tiene en cuenta a los laicos que trabajaron en las instituciones religiosas. Según informó el presidente de la CIASE, Jean-Marc Sauvé.
En este contexto, el Papa ha manifestado ante el dolor de las víctimas: "nuestra vergüenza, mi vergüenza por el hecho de que la Iglesia no les haya puesto durante demasiado tiempo en el centro de sus preocupaciones, asegurándoles mis oraciones. ".
El informe, que tiene casi 2.500 páginas, señala que la "gran mayoría" de las víctimas eran niños preadolescentes, de 10 a 13 años, de una amplia variedad de orígenes sociales.
“Rezo y rezamos todos juntos: a ti Señor la gloria, a nosotros la vergüenza. Este es el momento de la vergüenza. Animo a los obispos y a vosotros, queridos hermanos, que habéis venido a compartir este momento…”.
Esto lo dijo el Papa en presencia de los grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo congregados en el aula Nervi para la audiencia semanal.
“Animo a los obispos, a los superiores y a los religiosos a que sigan haciendo todo lo posible para que no se repitan tragedias similares”.
El Pontífice luego expresó su cercanía y apoyo paternal “a los sacerdotes de Francia ante esta prueba, dura pero saludable, e invito a los católicos franceses a asumir sus responsabilidades para que la Iglesia sea un hogar seguro para todos. Gracias”, ha concluido, comentando el resultado nefasto de dos años y medio de investigación marcada por casi 250 audiciones de víctimas en la Iglesia de Francia.
Cabe recordar que a principios de este año, el Papa Francisco cambió las leyes de la Iglesia para criminalizar explícitamente el abuso sexual, en la mayor revisión del código penal en casi 40 años.
Además, en mayo de 2019, firmó un Motu propio que obliga a clérigos y religiosos a denunciar abusos de poder, conciencia y sexuales, dando prioridad a las víctimas.