Sucedió el 29 de mayo de 2018. En los Jardines Vaticanos fue entronizada la imagen de la Virgen del Rosario de Guatemala. Aquel acontecimiento contó con la presencia de autoridades vaticanas, pero también de la Iglesia del país centroamericano y del cuerpo diplomático.
«La Virgen del Rosario a los Jardines del Vaticano» era el nombre del proyecto presentado en conjunto por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Conferencia Episcopal de Guatemala, la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y la Cofradía del Santo Rosario.
La particular imagen consistía en un mosaico de 1.20 por 1.90 metros y que contaba con el trabajo de varios artesanos en talleres de Florencia, Italia, desde septiembre de 2017.
Este 7 de octubre, día de Nuestra Señora del Rosario, es un buen momento para recordar aquel acontecimiento que hoy vuelve a emocionar a Guatemala, país que celebra a su madre.
“La devoción a esta hermosa imagen y al Santo Rosario, nació y se desarrolló en Guatemala, gracias a la labor evangelizadora de la Orden de Predicadores (Padres Dominicos) y la Cofradía del Santo Rosario fundada en Guatemala en 1559”, indicaba un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores en aquella oportunidad.
Desde la época colonial el pueblo guatemalteco ha expresado una fuerte devoción a esta advocación cuya imagen se caracteriza por tener al Niño Dios dormido en su brazo izquierdo junto a un rosario, mientras que en su mano derecha sostiene un cetro.
El nombramiento como Patrona de la Ciudad de Guatemala data del año 1651 y en el año 1934, momento en el que recibe la coronación pontificia –luego del reconocimiento del papa Pío XI- es declarada como tal de forma oficial.
Por otro lado, se destacaba en aquel entonces que la colocación del mosaico en el Vaticano sucedía en el marco del comienzo de los festejos por “los 50 años del nombramiento como Basílica de Nuestra Señora del Rosario conferido al Templo de Santo Domingo en el año 1970 (lugar que resguarda en su interior una imagen de plata de la Virgen)”.
En ese sentido, también se anticipaba en ese momento sobre la elaboración de una réplica de menor tamaño del mosaico con el fin de que fuera colocado en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, un lugar que representa una joya arquitectónica declarado Monumento Nacional y Patrimonio Cultural de Guatemala.