Una infancia perdida, una adolescencia mutilada. Las novias infantiles no juegan con muñecas porque se convierten en "muñecas" de maridos mayores. Estudiar para ellas es solo una ilusión.
Viviane es una chica de 23 años. A los 12 años la obligaron a casarse con el hombre al que le habían prometido al nacer: "Mi prometido tenía 54 años y ya tenía cuatro esposas”.
Ella cuenta a Save the Children su testimonio: "Yo quería seguir estudiando, así que decidí huir, pero me encontraron y me llevaron a vivir con él. Así que lo intenté de nuevo. Caminé 40 km, conseguí subirme a un autobús y finalmente encontré un centro que apoya a las niñas casadas como yo".
Ahora Viviane estudia matemáticas y quiere ser enfermera. El centro donde se refugió, es un punto de referencia para muchos como ella.
La historia de Viviane es sin duda un testimonio de vida de los infantes que logran salir de esa espiral de esclavitud, pero la crónica apunta a otras cifras dramáticas.
Cada año mueren más de 22.000 niñas como consecuencia de embarazos y partos derivados de matrimonios precoces. Son 60 al día. Su edad oscila entre los 14 y los 19 años. Las estimaciones proceden de un nuevo análisis de Save the Children publicado con motivo del Día Internacional de la Niña.
La pandemia de Covid-19 está exacerbando las desigualdades de género existentes y poniendo en riesgo el futuro de las niñas.
Desde su inicio, la pandemia de Covid-19 ha sido mucho más que una emergencia sanitaria mundial. La crisis climática, las epidemias pasadas como el ébola y el zika, y los conflictos siempre han tenido consecuencias desproporcionadas para las mujeres y las niñas.
La crisis de Covid-19 no es una excepción: desde los primeros datos disponibles, las consecuencias económicas han aumentado la exposición de las niñas a la violencia, han reducido su acceso a los servicios esenciales y a la información, y han afectado a la capacidad de las niñas para realizar y proteger sus derechos.
Sin embargo, más de un año y medio después de la declaración de pandemia mundial, la recopilación de datos sigue siendo limitada, lo que hace que la situación de las niñas sea aún menos visible.
La falta de datos sobre la situación de las mujeres y las niñas tiene implicaciones directas en los procesos de toma de decisiones y en los planes para abordar esta emergencia de forma inclusiva. No obstante, algunos datos, respecto a las niñas esposas deberían clamar a la reflexión:
El África central y occidental tiene la tasa más alta de novias infantiles del mundo, con 26 muertes al día. En esta zona se produce casi la mitad, es decir, 9.600, del total de muertes anuales relacionadas con el matrimonio precoz en todo el mundo, y la tasa de mortalidad entre las madres adolescentes es cuatro veces mayor que en cualquier otra parte del mundo.
En Asia Meridional se producen 2.000 muertes al año relacionadas con los matrimonios infantiles, es decir, 6 al día, seguida de Asia Oriental y el Pacífico con 650 muertes al año, es decir, 2 al día, y América Latina y el Caribe con 560 muertes, también 2 al día.
El covid ha acelerado el fenómeno de las desigualdades, las niñas son las más vulnerables, las muertes de niñas porque sus jóvenes cuerpos no estaban preparados para sostener un embarazo prosigue sin pausa.
Durante los cierres prolongados a causa de la pandemia han aumentado los matrimonios precoces. El contexto de la pandemia no solo pone en riesgo la salud, sino el aumento del riesgo de violencia para las niñas y las mujeres debido a las escuelas cerradas, los servicios sanitarios precarios y cerrados y el aumento de la pobreza familiar.
El matrimonio forzado de niñas es una plaga en Pakistán y en otros lugares, y se ceba especialmente con las minorías cristianas indefensas.
Se prevé que otros 10 millones de niñas se verán obligadas a contraer matrimonios prematuros en 2030 y el riesgo de muerte para ellas aumentará como consecuencia de ello. "Los matrimonios infantiles son una de las peores y más mortíferas formas de violencia sexual y contra las niñas.
Para la iglesia católica el matrimonio y la defensa de la vida, pasan por una madurez afectiva, espiritual y física. En muchos países del Sur del mundo, los hospitales católicos prestan servicios esencial para garantizar el parto seguro y evitar riesgos para la salud.
La iglesia también está en primera línea en dar prioridad a las niñas y a las jóvenes y garantizar su protección frente al matrimonio precoz y las muertes prematuras relacionadas con el parto.
Una de las creencias que impulsa el matrimonio precoz, como se demuestra en un informe nacional de Save the Children Nigeria "El estado de las niñas nigerianas: un diagnóstico incisivo del matrimonio infantil, precoz y forzado en Nigeria", es que en muchas comunidades existe la creencia común de que los niños nacidos de madres jóvenes son más sanos y más inteligentes.
También está muy extendida la idea de que las jóvenes pueden "refrescar" a los hombres mayores con su "sangre joven".
Save The Children ha publicado este lunes el informe "Global Girlhood Report 2021": Los derechos de las niñas y las jóvenes en crisis", que pide a los gobiernos que apoyen a las niñas y las jóvenes garantizando su derecho a una participación segura y significativa en todas las decisiones públicas.
Abordar los posibles riesgos de violencia contra las niñas y adolescentes, incluido el matrimonio precoz, en el centro de la respuesta humanitaria y contra la pandemia de Covid-19, así como a través de las políticas de desarrollo, educación y el aumento de los esfuerzos; garantizar los derechos de todas las niñas, incluidas las más discriminadas por motivos de género, raza, discapacidad y situación económica, desarrollando políticas y programas inclusivos.