El capitalismo consciente es una filosofía empresarial que proviene de John Mackey, cofundador y CEO de Whole Foods Market, y del profesor Raj Sisodia. Para ellos, el éxito en el entorno empresarial actual está altamente correlacionado con un comportamiento ético, responsable e inspirador. Las empresas que satisfagan y superen las necesidades e inquietudes de las partes interesadas serán las que definan el siglo XXI.
Por lo tanto, un componente importante de un sistema capitalista consciente son las empresas que reflejan los principios y valores centrales del sistema.
La prueba de una empresa verdaderamente consciente es su capacidad para aprender y crecer a partir de las malas experiencias, y para emerger aún más fuerte y más comprometido éticamente.
El capitalismo consciente se puede definir como una forma diferente de pensar sobre el capitalismo y los negocios. Refleja mejor dónde nos encontramos en la trayectoria humana; el estado de nuestro mundo actual; y el potencial innato de los negocios para tener un impacto positivo en el mundo.
Bienestar y progreso
El capitalismo consciente genera bienestar y progreso para clientes, colaboradores, proveedores, comunidad y medio ambiente.
Si bien persigue generar beneficios, enfatiza el hecho de considerar de verdad los intereses de todos los interesados.
Este planteamiento reconoce que algunas partes interesadas, a saber, el medio ambiente, no pueden hablar por sí mismas, pero siguen siendo consideraciones necesarias al tomar decisiones comerciales.
Más que implementar programas independientes o financiar eventos filantrópicos, el capitalismo consciente promueve un enfoque continuo e integrado de la responsabilidad social, la autoconciencia y la toma de decisiones con propósito.
Los cuatro pilares
El marco del capitalismo consciente incluye cuatro disciplinas interconectadas y sugiere que las empresas conscientes están comprometidas con cada uno de estos principios.
Propósito superior. Si bien las ganancias son esenciales para un negocio vital y sostenible, el capitalismo consciente se enfoca en un propósito más allá de las ganancias. El propósito establece un significado más profundo, que a su vez inspira e involucra a los empleados, clientes y otras partes interesadas.
Orientación a las partes interesadas. Las empresas conscientes operan con todos sus ecosistemas comerciales en mente, lo que significa que se concentran en optimizar el valor equitativo para todas sus partes interesadas. Esto incluye clientes, empleados, proveedores, inversores, accionistas, financiadores, comunidades y el medio ambiente.
Liderazgo consciente. Con una mentalidad del "nosotros" en lugar del "yo", los líderes conscientes adoptan el propósito de la empresa, crean valor para todas las partes interesadas e inspiran acciones que contribuyen a una cultura consciente.
Cultura consciente. El capitalismo consciente contribuye a una cultura de confianza, cuidado y cooperación entre los empleados de la empresa y todas las demás partes interesadas.
Los beneficios
Las empresas que practican el capitalismo consciente se benefician de ventajas como:
¿En qué se diferencia el capitalismo consciente de la responsabilidad social empresarial?
Más allá de la implementación de un programa comunitario local o la creación de una fundación empresarial, una empresa consciente se centra en un proceso continuo de autoconcienciación. Implica que una empresa buscará ser consciente de su impacto en el mundo en diversas esferas, incluidas las sociales y ambientales a lo largo del tiempo.
Esto incluye su impacto en el ser humano, así como en el bienestar ambiental. Además, una empresa consciente considera los efectos a corto y largo plazo de sus acciones o inacciones.
Ser consciente es un estado dinámico. Como tal, una empresa consciente evoluciona en las formas en que beneficia al mundo. Por lo tanto, aunque las empresas conscientes serán socialmente responsables, el término “empresa consciente” propone connotaciones más amplias para las acciones de las empresas que la responsabilidad social.
La revolución de las empresas y los empleados
La dinámica laboral ha cambiado con el paso de los años. Nuestros abuelos dedicaron su vida entera a trabajar en una sola empresa. Nuestros padres quizá trabajaron en dos o tres compañías a lo largo de su trayectoria profesional. Pero los jóvenes de hoy están dispuestos a cambiar de empresa cuando la situación deje de ser favorable o estimulante.
Ahora las empresas no buscan trabajadores. Van a la caza del talento. El reto de esta era digital es cubrir las expectativas de esta nueva generación, que ya no son empleados, son talento. Son jóvenes que trabajan para vivir, no viven para trabajar.
Generar lealtad
Por un lado, las empresas requieren que su nuevo personal posea valores, como compromiso, responsabilidad, honestidad, capacidad de aprender y adaptabilidad. Y los empleados reclaman flexibilidad, valores, formación continua y promoción en sus carreras.
No se trata de teletrabajar unos días a la semana, implica que los empleadores deben hacer las cosas de manera distinta para atraer, comprometer y generar lealtad en sus colaboradores.
“Lo más importante es que las empresas tengan muy presentes los valores que las conforman y rigen, que éstos sean válidos, que de verdad los practiquen: la congruencia es fundamental. Si las empresas quieren atraer al mejor talento, deberán tener esos valores, predicarlos, que sean vigentes, que los vivan completamente”, afirma Javier Vargas, vicepresidente de Right Management Latinoamérica de Manpower Group, en declaraciones a Forbes México.
Hazte esta esta pregunta: ¿Tu empresa es el lugar donde alguien querría pasar una tercera parte del día? Sin duda, vivimos en una sociedad líquida en la que se debe buscar el equilibrio de tecnología, talento y conexión humana que se logre el éxito de los individuos y de las empresas.
