Un jesuita que fue recibido en la Compañía de Jesús por el padre Jorge Bergoglio, quien recién ordenado sacerdote celebraba Misas en el templo en el que era catequista, será el primer obispo jesuita de una de las históricas iglesias argentinas.
Se trata del padre Ángel Rossi, quien hoy fue anunciado como el futuro Arzobispo de Córdoba, en reemplazo de monseñor Carlos Ñáñez, renunciante por límite de edad.
Los primeros jesuitas llegaron a Córdoba en 1599, 26 años después de la fundación de la ciudad mediterránea más importante de lo que hoy es territorio argentino. Desde Córdoba marcaron una huella que caló hondó en la historia de la Iglesia en el país; pero también en el propio mundo de la cultura y la educación, ya que allí fundaron la primera universidad argentina.
Primer obispo jesuita de Córdoba
Sin embargo, en más de 400 años de historia en los que inspiraron vocaciones como las del Santo Cura Brochero – activo de la Compañía de Jesús como incansable promotor de sus ejercicios aún durante su expulsión – nunca un jesuita había sido designado como su pastor. Y en estos años hubo más de 30 prelados en la diócesis: 26 obispos, y 4 desde la erección como Arzobispado.
Y en el padre Rossi se da una particularidad especial. Cordobés, reconocido más allá de este nombramiento por su fuerte impronta más allá de Córdoba como predicador de ejercicios; autor de numerosas obras de espiritualidad; comunicador en distintos medios como Radio María; promotor de obras de caridad como Manos Abiertas; fue catequista de una parroquia en la que el joven padre Bergoglio, recién ordenado sacerdote, celebraba la Eucaristía, en Córdoba capital, a finales de la década del 60 y principios de la del 70.
Tiempo después Bergoglio lo recibiría en su ingreso a la Compañía de Jesús en el Colegio Máximo, siendo provincial y luego rector de la casa de formación. En los siguientes años, le tocó convivir con el padre Bergoglio al menos 8 años, lo que fue decisivo en su formación.
Cuando Bergoglio le desafió
En esos años, durante unos días de ejercicios el padre Bergoglio desafió al joven Rossi con una anécdota que el futuro Arzobispo de Córdoba recordó en varias ocasiones.
Promediando el cuarto día de esos días de retiro, Bergoglio se acercó al joven Rossi para preguntarle si estaba bien; si estaba comiendo bien; si estaba teniendo unos buenos días.
Una vez que se aseguró de ello, le pidió que salga a la puerta de la casa que había allí una mujer con sus hijos que había quedado a la intemperie. El joven Rossi debía encontrarle una casa a esa mujer; y recién cuando lo haya logrado, debía volver a los ejercicios. Así fue.
La elección del cardenal Bergoglio como Papa Francisco tomó a Rossi radicado en su Córdoba natal, en la Residencia Mayor de la Compañía. En ella residió antes de ser convocado como obispo auxiliar de Buenos Aires el padre Bergoglio.
Por eso, allá por marzo de 2013, mostraba los sencillos aposentos en los que habitaba el hoy Papa en su estancia en Córdoba; y recordaba en entrevistas su relación con el Pontífice.
Desde entonces, el vínculo entre ambos se mantuvo siempre activo, e incluso Francisco prologó un libro suyo, y el año pasado se mostró cercano a un proyecto del que participó Rossi "Córdoba, Urgencia Alimentaria".
Otra entrañable curiosidad
El padre Rossi será el primer Obispo jesuita de Córdoba. Pero su biografía regala otra particular curiosidad, entrañable, difícil de encontrar en la historia episcopal argentina. La madre del futuro Obispo era compañera de colegio del emérito, su antecesor, monseñor Ñáñez.