A menudo me siento en una banca afuera de mi casa para reflexionar sobre Dios y las cosas que no comprendo y que ocurren en el mundo.
Trato de entender tantas cosas. Humanamente me reconozco limitado. En esas ocasiones abandono ese deseo de saber más y procuro confiar más. Es lo que llaman el santo abandono.
Te abandonas en las manos amorosas de Dios sabiendo que es nuestro Padre y que TODO lo que Él disponga en nuestras vías será para nuestro bienestar.
Últimamente, con todo lo que ha ocurrido me hago una pregunta recurrente: “¿Qué necesita nuestra Iglesia?”.
La respuesta está en ti
San Josemaría Escrivá tiene un pensamiento al que en ocasiones como esta recurro para poder comprender.
Necesitamos católicos que lleven una vida piadosa, de oración y obras buenas, de misericordia. Y den ejemplo con su amor a Jesús Sacramentado.
Necesitamos católicos convencidos, que recen con fervor el santo Rosario, para cambiar el mundo y la historia.
¡¡Urgen santos!!
Muestra a Dios
El mundo está hambriento de Dios. Muchos no lo conocen. No han experimentado su amor.
Descúbreles tú ese amor infinito que los espera, háblales de Dios, que sientan la calidez de su ternura y su voz.
Habla de Dios a todo el que puedas. Y reza a diario el Rosario. Pide a la Virgen su protección.
He encontrado en las redes sociales algunas personas que me escriben hablando en contra del santo Rosario, con mentiras que usan habitualmente para confundir: que no es cristocéntrico, que no es Bíblico,...
No les hagas caso, no los escuches, tú sigue rezando el Rosario.
Ellos conocen el gran poder que tiene esta maravillosa oración, y le temen, por eso te piden que no lo reces más.
El poder del Rosario
A mí me da mucha paz rezar el Rosario y a todo el que puedo le aconsejo que lo rece. nuestra iglesia y el papa Francisco necesitan de tus oraciones.
Si aún no conoces el poder del santo Rosario, te sugiero que leas este artículo sobre el Milagro de Hiroshima, es realmente sorprendente:
En Aleteia hemos publicado una gran cantidad de artículos sobre el Santo Rosario. Léelos. Te ayudarán a comprender por qué los enemigo de nuestra fe te piden que no lo reces y podrás defender y recomendar el rezo del Rosario.
¡Ánimo!
Vamos… Católicos del mundo, ¡a rezar el Rosario!