Aquella madrugada representó un verdadero sacudón para Bolivia. En la madrugada del martes 15 de abril de 2009 un atentado con explosivos en la casa del cardenal Julio Terrazas, arzobispo de Santa Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) en ese entonces, dejó a todos consternados.
Si bien la dinamita generó daños en la entrada del edificio, lo que causó mayor alivio fue el hecho de que Terrazas no se encontrara en el lugar en ese momento. Sin embargo, lo simbólico de lo acontecido, calificado de “terrorista”, marcó un antes y un después en el ánimo de muchos.
Las voces que salieron a condenar el ataque no fueron pocas. De manera inmediata, por ejemplo, la propia CEB emitió un comunicado rechazando de forma vehemente lo acontecido.
“Un atentado a la casa del Cardenal es también una afrenta contra su persona, su dignidad y su liderazgo a la cabeza de la Iglesia Católica en Bolivia, y, por tanto, contra la Iglesia Católica misma. Por ello la Conferencia Episcopal expresa su cercanía y solidaridad con el Señor Cardenal Julio y sus allegados y les asegura sus oraciones”, señalaba aquel comunicado de prensa.
Como trasfondo, en un país que era gobernado por el expresidente Evo Morales, acusaciones que daban cuenta de que Terrazas estaba alineado con la oposición. Pero también se dio en un marco de días violentos en Santa Cruz contra instituciones, líderes y autoridades. No obstante, hasta el día de hoy, el primer cardenal que tuvo Bolivia, dejó una huella indeleble. Hasta es recordado con el apodo “Servidor de Todos”.
Pudo tener consecuencias fatales
“La explosión pudo provocarle un susto y ante una amenaza externa hay una liberación brusca de adrenalina y catecolaminas y producirle una arritmia cardiaca y tapar los dos puentes de las venas coronarias”, dijo en aquel entonces el cardiólogo Walter Gómez, en declaraciones reproducidas en medios como Eju.Tv.
Pero Terrazas, que tenía dos operaciones en el corazón en aquel tiempo, no estaba en el lugar del ataque, pues estaba recorriendo pueblos de Vallegrande (Santa Cruz), sitio en el que nació el 7 de marzo de 1936.
Un caso sin solución
Con el correr de los años, aquel atentado quedó sin resolver. Incluso, allá por 2013, hasta se hizo pública una solicitud que había hecho Terrazas de retirar toda denuncia sobre el caso. Esto, trascendió, debido a la falta de información sobre investigaciones implementadas (Ver Eju.Tv).
Lo cierto es que Terrazas, más allá de este episodio, dejó huella en Bolivia. Había sido ordenado sacerdote el 29 de julo de 1962. Casi 30 años después fue nombrado arzobispo de Santa Cruz. En febrero de 2021, fue creado cardenal también por el papa Juan Pablo II.
En 2015 hubo otro episodio especial. El propio papa Francisco, durante su visita a Bolivia, llegó a visitar a Terrazas en una clínica. Lo hizo mientras permanecía internado, algo que le impidió participar de los actos de la visita papal. Francisco permaneció tres días en la casa de Terrazas durante su visita a Bolivia. Pocos meses después, el 9 de diciembre, Terrazas fallecía a la edad de 79 años.
Más ataques contra la Iglesia, hoy
El caso de Terrazas no está exento de actualidad. En los últimos días y semanas, salvando las distancias y motivos, diversos ataques ha estado sufriendo la Iglesia en Bolivia. Uno de los más recientes, además de grupos feministas en iglesias, ha sido el ataque con artefactos explosivos en la propia sede de la CEB.
A raíz de estos hechos de violencia no fueron pocos quienes volvieron a recordar lo sucedido con Terrazas (el propio presidente de la CEB, monseñor Aurelio Pesoa, lo hizo en recientes declaraciones a los medios). Es por todo esto que el caso Terrazas, que no fue resuelto, de alguna manera está más latente que nunca. Cada vez que acontecen situaciones similares vuelve a emerger.