El papa Francisco cada vez que puede pide: «Recen por mí». No duda que existen amenazas concretas en la vida y en la vocación. Lo hace en el Ángelus del domingo, al final de los encuentros en el Vaticano y en las visitas pastorales por el mundo, incluso con amigos y fieles que encuentra en la plaza de San Pedro. Es una petición que hace desde hace más de 50 años.
El Papa insiste: «Recen por mí». Es la oración un «nosotros» delante a Dios, una comunión espiritual con el pueblo de Dios porque «nadie se salva solo» y porque todo cristiano no está exento de tentaciones. El ‘Padrenuestro’ es la prueba.
En este sentido, el Papa confía en la oración de los fieles por su ministerio. «El Papa está tentado, está muy asediado: solo la oración de su pueblo puede liberarlo, como se lee en los Hechos de los Apóstoles», dijo Francisco en un diálogo privado con los jesuitas de Mozambique y Madagascar, publicado en la revista La Civiltá Cattolica, el pasado 27 de septiembre de 2019.
Así que dentro de unos días el Papa cumplirá 86 años. Las imágenes de Francisco han dado la vuelta al mundo recientemente. Las lágrimas del Papa, sacerdote de un mundo en guerra ante la Inmaculada ocuparon los titulares de diversos medios de comunicación internacionales (08.12.2022).
Aniversario de ordenación sacerdotal
El 13 de diciembre de 1969 Jorge Mario Bergoglio fue ordenado sacerdote por el arzobispo Ramón José Castellano. Continuó su preparación entre 1970 y 1971 en España, e hizo su profesión perpetua en los jesuitas el 22 de abril de 1973.
A su regreso a Argentina, fue nombrado maestro de novicios en Villa Barilari, en San Miguel, profesor de la Facultad de Teología, consultor de la Provincia de la Compañía de Jesús y rector del Colegio.
Bergoglio nació en la capital argentina el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses: su padre Mario es contable, empleado en los ferrocarriles, mientras que su madre, Regina Sívori, se ocupa del hogar y la educación de sus cinco hijos.
Su abuela Rosa le enseñó a rezar. Pues la oración de los cristianos es el aliento de la Iglesia. «La oración es nuestro sí al Señor, a su amor que nos alcanza; es acoger al Espíritu Santo que, sin jamás cansarse, derrama amor y vida sobre todos». (Libro: «La Oración. El aliento de la vida nueva», publicado por la Librería Editorial Vaticana, octubre 2019).
La oración del joven Bergoglio
A continuación, proponemos la oración del joven Bergoglio (casi a cumplir 33 años) antes de ser ordenado sacerdote, cuando escribió, días antes, emocionado y feliz, una oración que refleja su estado de ánimo y vocación:
Quiero creer en Dios Padre, que me ama como un hijo, y en Jesús, el Señor, que me infundió su Espíritu en mi vida para hacerme sonreír y llevarme así al Reino eterno de vida. Creo en la Iglesia.
Creo que en la historia, que fue traspasada por la mirada de amor de Dios y en el día de la primavera, 21 de septiembre, me salió al encuentro para invitarme a seguirle.
Creo en mi dolor, infecundo por el egoísmo, en el que me refugio.
Creo en la mezquindad de mi alma que buscar tragar sin dar…, sin dar.
Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor y sin traicionarlos nunca buscando una seguridad para mí.
Creo en la vida religiosa.
Creo que quiero amar mucho.
Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero que me sonríe invitándome a aceptarla.
Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena, como una noche de verano.
Creo que papá está en el cielo, junto al Señor.
Creo que el padre Duarte está también allí, intercediendo por mi sacerdocio.
Creo en María, mi Madre, que ama y nunca me dejará solo.
Y espero en la sorpresa de cada día en que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado, que me acompañarán siempre hasta ese encuentro definitivo con ese rostro maravilloso que no sé cómo es, que le escapo continuamente, pero quiero conocer y amar.
Amén.