Aroma de adviento fue estrenada este adviento. Su compositor, título que luego redimensiona, es Nelson Valenti; creador de algunas de esas canciones que se cantan en parroquias de toda Hispanoamérica y cuyo origen suele ser desconocido.
Conversamos con Valenti para conocer cómo surgen las canciones de Navidad, y él mismo, rápidamente aclara, no se considera el único autor. Es que el actual párroco de la catedral de Morón, al que conoce desde tiempos de juventud y con el que se reencontró hace diez años, dice, suele rescatar en cada adviento el aroma a tilo y jazmín que se sienten por estos lares.
Y de él, el padre Martín Bernal, confiesa Valenti, surgió la idea que lo inspiró. “Era como un leitmotiv de sus advientos; en alguna prédica sacar esta imagen poética. Fue en el adviento de 2019, unos meses antes de la pandemia, al terminar una misa, le dije qué buena imagen es la del tilo y del jazmín. Y le dije que iba a escribir una canción con esta idea. Creo que le dije que compondría una zamba cuya frase sea ‘entre aromas de tilo y jazmín..”.
Con el tiempo, completaría la frase para el estribillo, que dice:
Llegó la pandemia. Nelson tenía la zamba en su cabeza, las líneas. “La cosa no fluía. Pero llegó el adviento de la pandemia, el padre Martín me preguntó… y no salía”, recordó. Pero ya en 2021, tres meses previos al Adviento, comenzó a trabajar firmemente en ella. Y se puso a buscar en el Antiguo Testamento todas las imágenes bíblicas que había sobre la llegada del Mesías. Las fue escribiendo en un cuaderno, depurándolas, y se quedó con las imágenes que están finalmente plasmadas en la zamba.
En noviembre de este año, Nelson tenía la letra y la melodía. Y a finales de ese mes fue estrenada en la Misa del primer domingo de adviento. Pocos quizá habrán advertido en esa ocasión que nunca antes habían oído esa canción.
“Yo tengo la concepción de que cuando uno necesita hacer canciones religiosas que deben ser cantadas por la gente, cuando uno hace una canción de contenido religioso para que la cante el pueblo, hay que hacer algo que tenga rima, métrica, y que tenga una melodía asimilable. Estoy en contra de hacer piezas únicas que sean imposibles de cantar, con una métrica imposible de aprender, y que no tengan rima a nada, porque eso puede ser una gran obra de arte pero que nunca va a ser popular y asimilable por la gente. Cuando compongo una canción que quiero que la gente cante, va a tener estos condimentos”, explica.
“Si la gente la canta y le sirve para alabar a Dios y fortalecer su FE, no es trascendente ser el autor. Es del pueblo, de la gente que la hizo suya. El Espíritu sopla y es Él el único autor calificado”, aclara.
Nelson Valenti cuenta que por “necesidad pastoral” fue un autodidacta de la música, desde la juventud. Y como siempre le gustó escribir, comenzó a desarrollar la veta de escritura de canciones. Lo primero que hizo en esa línea lo hizo al surgir el movimiento Caminos de Vida Cristiana en la Argentina, para el que compuso algunas canciones, algunas en soledad y otras en colaboración.
Una de estas canciones es la “Canción del Sí”. La compuso a pedido de un hermano marista, quien le sugirió el título y le dio 48 horas. “Me acuerdo del momento preciso, era una tarde de calor”, evocó. Así surgió su canción que más trascendió, e incluso ha sido traducida a otros idiomas.
Pero según nos cuenta, la contribución que más orgullo le produce tiene que ver con Navirock, un festival que se montaba en la década de los 80 en el oeste del conurbano bonaerense en distintas ciudades previo a la Navidad, y que él cerraba con su banda con un pesebre cantado y bailado de su autoría, grabado y registrado, que tiene como nombre profesional “para que se duerma el niño”.
La celebración de la Navidad, como de la Pascua, nos regalan momentos con esos clásicos de la música litúrgica que parece sabemos desde siempre, y quizá así sea, pero en algún momento alguien se detiene, escribe, y da forma. Como hizo Nelson Valenti para esta Navidad 2021 con su Zamba “Aroma de Adviento”.