Un nuevo asesinato tiene en duelo a la Iglesia de Nigeria. El padre Luke Adeleke, sacerdote nigeriano, fue abatido a tiros en el Estado de Ogun, en el suroeste del país, cuando salía de una misa en la víspera de Navidad, el 24 de diciembre. La información ha sido confirmada por la policía del sector. Sus exequias tendrán lugar el 30 de diciembre.
En Nigeria, se multiplican los secuestros y los asesinatos de sacerdotes y religiosos.
Cabe recordar que, desde el inicio del conflicto y de la ofensiva yihadistas en 2009, más de 36.000 personas han perdido la vida, de las cuales aproximadamente la mitad eran civiles. Los civiles precisamente continúan pagando el precio último de una crisis de la que no son responsables y que no desean, un precio que incluye unos 30 millones de personas desplazadas.