La vida del Mesías antes de su nacimiento. En el Evangelio de hoy, San Juan nos revela la vida del Mesías incluso antes de su nacimiento. En los últimos días hemos escuchado relatos de otros evangelistas que describen la vida de Jesús desde el momento de su concepción y nacimiento. La perspectiva de San Juan quizá se está refiriendo a la tradición judía según la cual el Mesías ya existía antes de la creación del mundo.
Palabras clave
La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Literalmente, podemos traducir “estaba frente a Dios” (pros ton theon). Así muestra la íntima relación entre Dios Padre y su Hijo Jesús en la Santa Trinidad. Además, indica que Jesús es Dios. Esto se refuerza con la frase anterior: “En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios”.
Y la Palabra se hizo carne
La palabra griega original “sarks” (carne, tejido muscular) subraya la corporeidad. De este modo, el evangelista llama la atención sobre la presencia real y palpable de Jesús, que tenía un cuerpo físico. Además, la presencia física del cuerpo de Jesús en la tierra no cesó el día de su ascensión. Él sigue estando físicamente presente en la Eucaristía >
En el Evangelio de San Juan se habla de la Eucaristía en estos términos: “quien come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”. También aquí se utiliza la misma palabra griega: “sarks”. >
Y acampó entre nosotros
En el original griego, esta expresión significa: “plantar una tienda entre nosotros”. Se trata de una referencia a la morada de Dios en la Tienda del Encuentro durante la travesía de los israelitas por el desierto. No es casualidad que el lugar en las iglesias donde se guarda la Eucaristía se llame “tabernaculum”, que en latín significa tienda.
Hoy
Dios ha plantado una tienda, un tabernáculo entre nosotros. Allí está su “sarks”, su Cuerpo real y palpable.
Además, los acontecimientos eucarísticos lo confirman. Por ejemplo, en Legnica (Polonia), donde, en 2013, durante la misa, una hostia cayó al suelo de la iglesia. Luego se introdujo en un recipiente con agua, de acuerdo con las normas litúrgicas. Al cabo de unos días, apareció allí una sustancia roja. Tras el examen, los científicos del Departamento de Medicina Forense de Szczecin dijeron: “La imagen histopatológica muestra fragmentos de tejido conteniendo partes fragmentadas de músculo estriado. (…) Toda la imagen (…) es bastante similar a la del músculo cardíaco (con cambios que) suelen acompañar a la agonía. Los estudios genéticos indican que el tejido es de origen humano”.
Lo mismo ocurre no sólo en Legnica, sino durante cada misa en nuestras iglesias.