Un nuevo estudio realizado por el periódico The New York Times está generando serias dudas sobre la práctica habitual de los exámenes prenatales en Estados Unidos. Según el reportaje, la revisión de mujeres embarazadas en busca de anomalías genéticas raras produce resultados falsos aproximadamente el 85 % de las veces.
Las consecuencias pueden ser funestas, ya que muchos padres no se someten a exámenes adicionales de seguimiento después de recibir un diagnóstico para su bebé no nato. Un estudio de 2014 descubrió que hasta un 6 % de las madres que habían recibido un positivo en su examen inicial procedieron a practicar un aborto sin hacer un examen previo que confirmara el resultado.
Los exámenes de seguimiento en sí pueden derivar también en la muerte del feto. Quienes deciden confirmar los resultados positivos realizando evaluaciones del líquido amniótico o del tejido de la placenta se arriesgan a sufrir un aborto espontáneo.
Gran dinero en los exámenes prenatales
Los exámenes prenatales se han convertido en una gran industria a lo largo de la última década en Estados Unidos, ya que más de un tercio de las mujeres embarazadas estadounidenses optan por someterse a exámenes sanguíneos para descartar problemas de desarrollo. Según el reportaje, los test iniciales que detectaban el síndrome de Down eran más precisos que los test más nuevos que se ofrecen hoy día y que prometen detectar enfermedades más raras.
El estudio de The New York Times descubrió que cinco de los exámenes ofrecidos por empresas de pruebas son incorrectos entre el 80 % y el 94 % de las veces. Un test para una condición muy rara (1 de cada 20.000 partos) que genera los síndromes de Prader-Willi y de Angelman, que causan convulsiones e incapacidad para controlar el consumo de alimentos, erraba el 94 % de las veces.
De modo que ¿por qué hacer exámenes para enfermedades extremadamente raras si los resultados se equivocan más de lo que aciertan? Algunos investigadores dicen que los laboratorios ganan más dinero cuantas más pruebas hagan.
“Es un poco como realizar mamografías a niños”, comentó Mary Norton, obstetra y genetista en la Universidad de California en San Francisco, a The New York Times. “La probabilidad de cáncer de pecho es bajísima, así que ¿por qué lo hacen? Creo que todo es puro marketing”.
Pacientes no conscientes de la frecuencia de falsos positivos
En entrevistas con 14 pacientes que recibieron falsos positivos, The New York Times encontró que 8 de ellas nunca fueron informadas de que era posible obtener un falso positivo. Cinco de ellas “recordaron que su médico trató los resultados de los test como algo definitivo”.
En Estados Unidos, no hay supervisión gubernamental de estos exámenes, según explica el reportaje. La Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. “valoró regular estos test hace una década, pero dio marcha atrás”.
Aunque el artículo no informa de la tragedia de los bebés abortados únicamente debido a diagnósticos médicos, sí cubre casos de madres que decidieron terminar sus embarazos debido a falsos positivos.
Tres genetistas relataron ejemplos más recientes en entrevistas con el Times. Uno describió un caso en el que las pruebas de seguimiento revelaron que el feto estaba sano. Pero cuando llegaron los resultados, la paciente ya había decidido terminar su embarazo.
Puedes leer el reportaje completo aquí.