Quisiera empezar con una pregunta sencilla: “De casualidad, ¿tienes una Biblia en un pasillo de tu casa sobre un atril de madera?”. Yo la tenía, era una Biblia enorme, que pasaba desapercibida todo el año.
Se me dificultaba manejarla por su tamaño y básicamente la tenía de adorno. Me acostumbré a verla al pasar por el pasillo de la puerta de la entrada, como nos acostumbramos a ver un letrero o un anuncio en una transitada carretera.
Aquello decía mucho de mí.
¿Solo una tradición?
Cualquiera que llegase a mi casa la vería y tal vez haría este comentario: ¨Vaya, tengo una Biblia igual en casa, la heredé de mis abuelos”.
Recuerdo haberla visto una igual en casa de mi abuelita y en muchos hogares de la época.
Tal vez por eso la compré antes de casarme, como una tradición, ignorando lo que me estaba perdiendo al no leerla.
En ese momento no lo sabía, cada vez que pasaba frente a ella, con su silenciosa presencia, me perdía una gracia, que podría haber cambiado mi vida para siempre.
Dios nos espera en la Biblia
Cuántas gracias nos perdemos por no leer la Biblia. Nos espera Dios en ella, nos espera Jesús en los Evangelios con palabras de esperanza y vida.
En Aleteia te ayudamos con estos consejos prácticos para que aprendas a leer, meditar y conocer la Biblia:
Las palabras pueden cambiar la vida
Una carta me cambió.
Empecé a prestarle atención el día que recibí la carta de un amigo moribundo. En esa correspondencia, que guardo como un tesoro, me contaba:
Aquello me dejó de una pieza y fui a la librería católica y compré una Biblia de letra grande para poder leer con comodidad.
Si te la muestro hoy la vas a ver subrayada en los pasajes y versículos que me han tocado el alma.
Citas poderosas
Te comparto algunos descubrimientos:
¿Sabías que la limosna borra pecados? ¡Es maravilloso!
Esto que te copio siempre me ha impactado y a menudo medito en ello:
¡Santo cielo! Tenía un tesoro olvidado en el pasillo de mi casa. Hoy me pregunto, ¿cómo es posible?
Que no te ocurra igual, abre tu Biblia y empieza a leer.
Compártenos tu experiencia con Dios.¿Te animas? Te anoto mi email personal: cv2decastro@hotmail.com
¡Dios te bendiga!