Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, obispo de la diócesis de San Cristóbal (Venezuela), mostró su solidaridad con el titular diocesano de Arauca, en Colombia; por su “pronunciamiento valiente y profético”, ante la confrontación armada que entre el 2 y 3 de enero de 2022, dejó 23 personas fallecidas, confirmó la Defensoría del Pueblo.
El obispo de la diócesis de Arauca, monseñor Jaime Cristóbal Abril González, tras conocer estos hechos, denunció las confrontaciones armadas entre grupos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Alertó que esta situación repite lo vivido entre los años 2014 y 2011 en la región.
Carlos Camargo, defensor del pueblo de Colombia, confirmó este 7 de enero, la existencia de 23 cadáveres en las morgues de Saravena y Tame; como consecuencia de los enfrentamientos que libran el ELN y las disidencias de las FARC por el control territorial de la zona para el negocio de las drogas ilícitas, indica el organismo en su portal.
“Ánimo y adelante, no estás solo”
“Querido hermano”, le escribe Moronta desde San Cristóbal a Jaime Abril, a través de una carta conocida por Aleteia, este 6 de enero, en la fiesta de la Epifanía del Señor.
“Desde San Cristóbal, Diócesis de frontera, quiero hacerte llegar mi voz de fraterna solidaridad en estos momentos. Tu pronunciamiento valiente y profético no sólo ha sido oportuno, sino necesario. Acá hemos hecho eco del mismo”, escribe Mario Moronta.
“Quienes estamos en frontera, conocemos de los riesgos que hay que asumir al estar del lado del pueblo. Te garantizo mi oración y fraterna solidaridad. Ánimo y adelante, no estás solo. Además de nuestra cercanía y compañía tienes la fuerza del Espíritu”, indica el primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Moronta se despide de Abril González, con un saludo solidario y cercano al presbiterio y a los fieles de la diócesis de Arauca; y deseando que María Santísima les proteja.
No es primera vez que las iglesias fronterizas de Colombia y Venezuela, muestran su cercanía y solidaridad. En varias ocasiones Mario Moronta ha cruzado la frontera para
encontrarse con sus similares colombianos, intercambiar y agradecer gestos de solidaridad hacia los venezolanos. Desde la perspectiva de la pastoral de frontera, el obispo del Táchira ha hablado de la emigración y la violencia que viven ambos países.
"No dejarse llevar por el torbellino de la violencia"
Jaime Cristóbal Abril, en su Comunicado sobre situación en Arauca del pasado 2 de enero, manifestó "mucha preocupación" por la información sobre el enfrentamiento armado en el municipio Arauquita, una región de Colombia que limita con Venezuela.
En ese orden llamó a "serenar los espíritus" y "pensar con cabeza fría"; para "no dejarse llevar por un torbellino de violencia que nunca se sabe qué más consecuencias puede generar". Resaltó que "el diálogo es el mejor camino para superar las diferencias de cualquier índole; poniendo como base fundamental la verdad y claridad de los hechos".
El obispo de Arauca exigió de forma respetuosa, pero con toda firmeza, "que se deje a la población civil por fuera de las confrontaciones y hostilidades, aplicándose todo el derecho internacional humanitario". Igualmente, emplazó a las autoridades a verificar lo ocurrido y a tomar cartas en el asunto en aras de proteger a la ciudadanía.
Los hechos desde la versión oficial de Colombia
De acuerdo con los medios, entre los días 2 y 3 de enero, grupos irregulares vinculados al ELN y a las FARC, se enfrentaron en el departamento de Arauca de Colombia. El conflicto se ha extendido a varios municipios en la frontera con Venezuela.
Inicialmente, el ministro de la Defensa había informado que la violencia dejó 17 personas fallecidas. Pero medios independientes y la Defensoría del Pueblo confirmaron que la cifra era de 23.
Las confrontaciones habrían comenzado en el municipio venezolano de La Victoria, en el estado Apure, dijo el ministro de la Defensa, Diego Molano. La razón de estos enfrentamientos son las "disputas de rentas criminales", traducidas desde el contrabando, control de la zona, cobro de "vacunas" y el narcotráfico.
El ministro Molano indicó que "del otro lado de la frontera (en Venezuela) hay una confrontación enorme; entre las disidencias de las FARC frente 10 y 28 contra una unión que se da entre el ELN y la Segunda Marquetalia (otra facción disidente de las FARC)".
La situación ha dejado miles de personas desplazadas a ambos lados de la frontera; que no saben si quedarse en Colombia o Venezuela, para poder preservar su vida. De allí que, "establecer planes de contingencia y ayuda humanitaria", como ha pedido la Diócesis de Arauca, amerita una respuesta inmediata.