El papa Francisco pensó hoy en los padres y madres que enfrentan varias pruebas en la vida junto a sus hijos e hijas. A ellos instó a soñar, porque Dios no les abandona nunca. Y les puso como ejemplo a san José, padre putativo de Jesús y esposo de María: "hombre que sueña". Pero, también habló de una fe concreta y no espiritualista, no un sentir abstracto. Por el contrario, dijo: "José rezaba, trabajaba y amaba".
En la audiencia general del miércoles 26 de enero de 2022, el Papa invitó a rezar, trabajar y amar a los padres y madres.
Pues san José que pasó varias dificultades, nunca ha dejado de comunicarse con Dios con la oración. De hecho, dijo que le envío mensajes en sueños, a pesar de que fue refugiado, perseguido, tuvo dudas.
Sin embargo, Dios acompañó a san José y a su familia mientras ejercía el duro trabajo de carpintero y velaba por María y por el niño Jesús.
"Y por esto recibió siempre lo necesario para afrontar las pruebas de la vida. Encomendémonos a él y a su intercesión”.
Oración a san José
Por ello, recomendó esta oración que rezó junto a los fieles y peregrinos presentes en la audiencia general en el aula Pablo VI del Vaticano:
San José, hombre que sueña,
enséñanos a recuperar la vida espiritual
como el lugar interior en el que Dios se manifiesta y nos salva.
Quita de nosotros el pensamiento de que rezar es inútil;
ayuda a cada uno de nosotros a corresponder a lo que el Señor nos indica. Que nuestros razonamientos estén irradiados por la luz del Espíritu, nuestro corazón alentado por Su fuerza
y nuestros miedos salvados por Su misericordia. Amén.
Por otro lado, hizo hincapié en el "poder de la oración" que hace "entrar la luz en las situaciones de oscuridad".
En la catequesis, el papa Francisco reflexionó sobre la figura de san José como hombre que sueña.
Los cuatro sueños de San José
El Papa indicó que el Evangelio menciona cuatro sueños que tuvieron a San José como protagonista.
Recalcó que los “sueños" en la Biblia simbolizan "la vida espiritual de cada persona". Se refirió a "ese espacio interior donde Dios se manifiesta y nos habla".
"Pero en nuestro interior también hay otras voces, que pueden condicionarnos y confundirnos", explicó. También habló de una voz que confunde, y mencionó la voz del Maligno " —por ejemplo, nuestros miedos—, por eso es importante aprender a hacer silencio, como san José, para reconocer la voz de Dios y discernir lo que Él nos quiere revelar”.
El Obispo de Roma afirmó que San José escuchando la Palabra que Dios le dirigía por medio de esos sueños, y respondiendo a ella con obediencia y docilidad, encontró la fuerza y la valentía necesarias para poder afrontar las dificultades".
Por eso, sostuvo que también nosotros, "por medio de la oración, aunque tengamos que enfrentar problemas que parecen no tener solución, podemos experimentar la presencia de Dios que nos ilumina, nos transforma y nos sostiene.".
Primer sueño de San José
El Papa habló del primer sueño de San José para ilustrar que "el Señor nunca permite un problema sin darnos también la ayuda necesaria para afrontarlo.".
"En el primer sueño (cfr Mt 1,18-25), el ángel ayuda a José a resolver el drama que le asalta cuando se entera del embarazo de María: «No temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (vv. 20-21).
Su respuesta fue inmediata: «Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado» (v. 24). Muchas veces la vida nos pone delante de situaciones que no comprendemos y parece que no tienen solución. Rezar, en esos momentos, significa dejar que el Señor nos indique cuál es la cosa justa para hacer. De hecho, muy a menudo es la oración la que hace nacer en nosotros la intuición de la salida".
El papa Francisco sostuvo que Dios no deja a la persona sola con su problema en medio de las “bestias”. “El Señor cuando nos hace ver un problema, nos da siempre la intuición, la ayuda, su presencia para salir (del problema) y resolverlo)”.
Segundo sueño
El Papa explicó que el segundo sueño de san José demuestra que cuando hay problemas en la vida la oración ayuda a escuchar la voz de Dios para resolver las dificultades.
El segundo sueño revelador de José llega cuando la vida del niño Jesús está en peligro. El mensaje está claro: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle» (Mt 2,13). José, sin dudarlo, obedece: «Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes» (vv. 14-15). En la vida experimentamos peligros que amenazan nuestra existencia o la de los que amamos. En estas situaciones, rezar quiere decir escuchar la voz que puede hacer nacer en nosotros la misma valentía de José, para afrontar las dificultades sin sucumbir.
Tercer sueño
El tercer sueño - ilustra el Papa - reafirma la fuerza de la oración para iluminar cada dificultad.
En Egipto, José espera la señal de Dios para poder volver a casa; y es precisamente este el contenido del tercer sueño. El ángel le revela que han muerto los que querían matar al niño y le ordena que salga con María y Jesús y regrese a la patria (cfr Mt 2,19-20). José «se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel» (v. 21). Pero precisamente durante el viaje de regreso, «al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí» (v. 22). Y ahí está la cuarta revelación: «y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret» (vv. 22-23).
El Papa animó a no dejarse vencer por el miedo. "También el miedo forma parte de la vida y también este necesita de nuestra oración".
Y explicó que "Dios no nos promete que nunca tendremos miedo, sino que, con su ayuda, este no será el criterio de nuestras decisiones".
Rezar, trabajar y amar
Francisco animó a ver a José que sintió miedo, pero Dios "lo guía también a través de él. El poder de la oración hace entrar la luz en las situaciones de oscuridad".
Francisco subrayó que la "oración nunca es un gesto abstracto o intimista”.
Al contrario, afirmó: “la oración siempre está indisolublemente unida a la caridad. Solo cuando unimos a la oración el amor por el prójimo logramos comprender los mensajes del Señor.".
Así invitó a imitar a San José, soñando, pero también rezando, trabajando y amando.
Por último, el Papa saludó a los peregrinos de lengua española. "Por intercesión de san José, maestro de vida interior, pidamos al Señor que nos conceda un corazón orante y misionero, abierto al diálogo con Él y disponible para ayudar a los hermanos y hermanas que más lo necesitan. Que Dios los bendiga. Muchas gracias", concluyó.