La repentina muerte de al menos 24 personas por consumo de cocaína conmocionó al país. Al menos otras 50 fueron internadas, algunas en grave estado, por consumir la misma sustancia distribuida inicialmente desde un búnker en la localidad de Tres de Febrero. Las autoridades, rápidamente desarticularon el centro clandestino de venta y detuvieron a quienes serían los responsables.
Aunque toda cocaína es venenosa y potencialmente letal, la composición de esta partida produjo efectos inmediatos en los consumidores, provocando, en algunos casos, la muerte en menos de 30 minutos. De los fallecidos, 12 fallecieron en sus domicilios. Otros 2 no pudieron llegar a centros de salud para ser atendidos.
La conmoción por el caso despertó rápidamente exigencias legislativas para combatir tanto el narcotráfico como el consumo. Y algunas voces políticas y periodísticas pidieron la discusión para la legalización de la producción, comercialización y consumo de toda sustancia hoy considerada ilícita.
Los obispos de la Región Buenos Aires emitieron un comunicado desde la Conferencia Episcopal Argentina en el que rápidamente advirtieron que
En cambio, los Obispos exigieron la sanción de una Ley de Emergencia en Adicciones. “La adicción es un grito. Clama con angustia, clama pidiendo ayuda, la drogodependencia se ha ido extendiendo, profundizando y complejizando”, afirman, y proponen: “Es imprescindible asumir y hacer propio el dolor. Siendo esta cuestión algo impostergable, es necesario cuanto antes una “Ley de Emergencia en Adicciones”.
Más espacios de contención
Los obispos recordaron en su comunicado la labor de obras como la de los Hogares de Cristo, y otras que trabajan con un método de las 3 C: capillas, clubes, y colegios. Son "centros donde se recibe la vida como viene, generando un espacio comunitario para la contención, sanación y reinserción social"; puesto que, proponen, "necesitamos ser una comunidad que asuma el dolor y sane las heridas de los otros".
Además, alientan "la creación de mayores espacios de contención e internación, para que las familias más pobres puedan llevar a sus familiares adictos". Y piden al Estado que persiga la corrupción que alimenta el narcotráfico:
"Lloremos juntos… ¡Y salgamos juntos de la droga!", proponen finalmente los Obispos, que pidieron a los sacerdotes celebrar todas las Misas del fin de semana por las víctimas y sus familias.
Puede leerse el mensaje completo aquí https://episcopado.org/ver/3183.