En un mecanismo de democracia directa, la Convención Constitucional chilena permitió a los ciudadanos redactar sus propias propuestas de artículos constitucionales para llevarlos a la deliberación constituyente.
Por medio de las Iniciativas Populares de Norma (INP), miles de personas crearon y firmaron ideas para instalar en la nueva Carta Magna. Fueron 2.496 las iniciativas presentadas, de las cuales 78 consiguieron más de 15 mil firmas requeridas para ser revisadas y votadas por los miembros, participando de este proceso más de 980 mil personas en poco más de dos meses.
Fue así como bajo el título “Mi propuesta para que tu libertad de pensamiento, conciencia y religión quede bien protegida en la nueva Constitución”, la presidenta de ACN Chile ingresó en representación de varias agrupaciones ciudadanas la propuesta.
“La nueva Constitución debiera garantizar la Libertad de Pensamiento, Conciencia y Religión, tal como la protegen todas las constituciones democráticas. Esta libertad es considerada inalienable e inderogable al ser uno de los fundamentos de las sociedades libres y plurales, democráticas, inclusivas y no discriminatorias”, afirma la iniciativa.
Objetivo cumplido
Fue el 31 de enero, casi al filo de cumplirse el plazo para conseguir las firmas necesarias, que este grupo de laicos pudo respirar aliviado y celebrar por el arduo trabajo realizado en tiempo récord:
“Es verdaderamente un milagro, una obra de Dios, que nos permitió conseguir las firmas necesarias en un periodo del año que no fue fácil y en una iniciativa que no es entendida por todos. Somos un grupo de chilenos católicos laicos que quisimos convocar a toda persona que le importara que la libertad de pensamiento, conciencia y religión quedará bien protegida y garantizada en la Constitución", comenta Magdalena Lira, directora de ACN Chile.
"Tener libertad para creer o no, seguir una religión determinada, cambiarte, convertirte, dejarla, etc., que permita un espacio de libertad y autonomía, que tú seas libre de escoger tu camino, orientando tus valores hacia el bien común”, prosigue.
Chile en la lupa
“¿Cómo puede ser que actualmente muchas minorías religiosas sufran discriminaciones o persecuciones…cómo puede haber personas que sean perseguidas simplemente por profesar públicamente su fe?".
Así reflexionaba en una oportunidad el papa Francisco, refiriéndose justamente a la dramática situación que viven millones de personas en el planeta.
Según el “Informe de Libertad Religiosa en el Mundo” publicado por ACN en abril de 2021, esta libertad se vulnera en un tercio de los países del orbe y más de 646 millones de cristianos viven en países donde no es respetada.
Por primera vez en la historia de este informe, Chile aparece con la lupa de advertencia, debido a los más de 60 atentados contra iglesias, templos y capillas, tanto católicos como evangélicos, ocurridos a partir del estallido social de 2019, lo que significa atentar contra la libertad de cada una de las personas y comunidades que forman parte de estos templos y que han sido violentadas con estos actos.
Asegurar la libertad religiosa
“Nuestra iniciativa surge ante la necesidad de asegurar la libertad religiosa para todas las creencias, teniendo conocimiento de lo que sucede con las personas que son perseguidas por su fe en diversos países y las graves consecuencias que esto tiene para muchos”, expresa María de los Ángeles.
“Decidimos movilizarnos porque creemos que es vital para una sociedad democrática, plural e inclusiva que se respete este derecho, es la base para el Chile del futuro que queremos construir, un país donde nos podamos encontrar, escuchar y respetar. Hablamos de la libertad en su sentido más amplio. Esperamos que las personas entiendan la globalidad de este derecho, que habla de la relación más importante del hombre que es la trascendencia, la base de la dignidad humana, que si no queda bien garantizado en la Constitución, se corre el riesgo de que muchos otros derechos no sean respetados”, señala Magdalena Lira.
Reconocer un inmenso valor
“Con esta inicitiva, nosotros adherimos a un Estado laico, donde se separe la función del Estado de la función de la Iglesias, pero que permita el desarrollo de las distintas religiones o creencias y que vele porque se puedan realizar, tanto dentro como fuera de los templos. También pedimos que se reconozca el inmenso valor que realizan las organizaciones ligadas a la iglesia para seguir con su trabajo caritativo y social”.
Dado el primer paso que fue conseguir las firmas necesarias, ahora este grupo se prepara para el paso siguiente, que la iniciativa sea votada por la Convención Constitucional: “Estamos esperanzados y confiando en que sea aprobada”, afirma su representante.