“La Basílica de San Juan de Letrán en Roma data del siglo IV y fue el primer templo de piedra que los cristianos pudieron construir cuando Constantino les permitió manifestar su fe. Dentro de esta Iglesia se construyeron dos capillas: San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Así, es típico en las grandes iglesias, especialmente en las Basílicas, tener, además del altar mayor donde se encuentra la imagen del santo, santa o Virgen, a la que está dedicado ese templo, otras capillas laterales, dedicadas a tal o cual santo ”.
Es así como el misionero redentorista Camilo Junior empezó a develar la respuesta vinculada a la tradición de construir espacios de dentro de las grandes iglesias.
La Sagrada Familia
Su explicación es reproducida por la página web del santuario, A12. Allí se recuerda que en caso de la Basílica de Aparecida ubicada en Brasil, las capillas también fueron diseñadas con el propósito de representar a la Sagrada Familia.
“La construcción de estas capillas fue estratégica, porque cuando tú, desde el Altar Central, miras el Nicho de Nuestra Señora y las capillas, notas la presencia de la Sagrada Familia. Tienes a Jesús en la Capilla del Santísimo, Nuestra Señora en el Nicho y San José, en la capilla dedicada a él ”, prosiguió.
Efectivamente, en el interior de la Basílica, una dedicada al Santísimo Sacramento y la otra a San José. Pero en el exterior se encuentran otras cuatro: la Capilla de la Resurrección y la Capilla del Bautismo en la explanada Juan Pablo II, en el patio del santuario.
También la Capilla de las Velas, cerca de la Puerta Santa y la Capilla de las Confesiones en el sótano de la Basílica. Todas ellos lo que hacen es componer el famoso santuario dedicado a la patrona de Brasil.
Puedes conocer los detalles de algunas de las capillas a continuación (hacer click en galería):