El papa Francisco ha autorizado el decreto de la Congregación para las Causas de los Santos en el que se declara las "virtudes heroicas del Siervo de Dios", el cardenal argentino Eduardo Pironio.
En el mismo decreto se reconoce el milagro atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios María Costanza Panas (nacida Agnese Pacifica), monja profesa de las Clarisas Capuchinas del Monasterio de Fabriano; nacida el 5 de enero de 1896 en Alano di Piave (Italia) y fallecida el 28 de mayo de 1963 en Fabriano (Italia);
las virtudes heroicas del Siervo de Dios Eduardo Francesco Pironio, Cardenal de la Santa Iglesia Romana; nacido el 3 de diciembre de 1920 en Nueve de Julio (Argentina) y fallecido el 5 de febrero de 1998 en Roma (Italia);
las virtudes heroicas del Siervo de Dios Inmaculado José de Jesús (nacido Aldo Brienza), religioso profeso de la Orden de los Carmelitas Descalzos; nacido el 15 de agosto de 1922 en Campobasso (Italia), fallecido el 13 de abril de 1989;
las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Benigna Vittima di Gesù (nacida Maria Concetta Santos), religiosa profesa de la Congregación de las Hermanas Auxiliares de Nuestra Señora de la Misericordia; nacida el 16 de agosto de 1907 en Diamantina (Brasil) y fallecida el 16 de octubre de 1981 en Belo Horizonte (Brasil);
las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Juana Méndez Romero (llamada Juanita), religiosa profesa de la Congregación de las Hermanas Obreras del Corazón de Jesús; nacida el 9 de enero de 1937 en Villanueva de Córdoba (España) y fallecida allí el 5 de abril de 1990.
Pironio y su influencia
El cardenal Eduardo Pironio (colaborador de Pablo VI) desde sus tiempos en Argentina influenció con su espiritualidad al joven jesuita Jorge Mario Bergoglio, así como lo hizo Antonio Quarracino (quien habló a Juan Pablo II para que nombrara a Bergoglio su sucesor en el arzobispado de Buenos Aires).
Así que el Papa Francisco este 18 de febrero, lo recuerda como “Venerable”. Precursor además de la Jornada Mundial de la Juventud, fue un estrecho colaborador de Pablo VI y Juan Pablo II, considerado uno de los prelados latinoamericanos “papables” de su época.
El joven Bergoglio
Influenció a Pablo VI en la escritura de Evangelii Nuntiandi. Francisco en la entrevista reciente con la televisión publica italiana dijo que había copiado ese documento para escribir su texto programático Evangelii gaudium por "una Iglesia que peregrina”.
Un pastor que tuvo como misión la aplicación del Concilio Vaticano II en América Latina.
El cardenal Pironio también nació de una familia de emigrantes italianos como Bergoglio.
Fue ordenado sacerdote el 5 de diciembre de 1943, en la Basílica-Santuario Nacional de Nuestra Señora de Luján.
Desarrolló su servicio pastoral en el seminario de su diócesis como profesor de literatura, dogmática, cristología, teología sacramental, teología fundamental y filosofía. El Papa Francisco también desarrolló una pasión por la literatura y la enseñó sucesivamente.
En 1953 Pironio fue enviado a Roma, donde se licenció en Teología en el Angelicum.
En la biografía oficial se indica que de regreso a Argentina a finales de 1954, retomó la enseñanza en el seminario y la predicación.
En 1960, el cardenal Antonio Caggiano, arzobispo de Buenos Aires, lo nombró rector del Seminario Metropolitano de Villa Devoto, ya que los jesuitas habían dejado su dirección a la Arquidiócesis. Jorge Mario Bergoglio curso dos años de seminario allí, antes de solicitar el ingreso en la Compañía de Jesús.
Conferencia de Medellín
En 1962, Pironio participó como observador en la sesión inaugural del Concilio Vaticano II y, al año siguiente, fue nombrado uno de los "expertos".
En 1964, fue nombrado Obispo Auxiliar de La Plata y, el 31 de mayo del mismo año, fue ordenado Obispo en la Basílica de Luján.
En 1968, se convirtió en Secretario del CELAM, del que también fue Presidente de 1972 a 1975. Fue clave en la celebración de la Conferencia de Medellín (26 de agosto - 6 de septiembre de 1968).
En 1972 fue nombrado obispo de la diócesis de Mar del Plata. En 1974, San Pablo VI le invitó a predicar los Ejercicios Espirituales a la Curia Romana.
El 18 de septiembre de 1975 fue nombrado Pro-Prefecto de la Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares y, el 24 de mayo de 1976, fue creado Cardenal.
San Juan Pablo II le confirmó como Prefecto del Dicasterio para los Religiosos. En esta tarea, se esforzó por fomentar y apoyar la renovación religiosa del Consejo.
En 1984, fue nombrado Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos. Su acción se desarrolló en torno a tres prioridades: formación, comunión y participación. En línea con San Juan Pablo II, se comprometió a promover y discernir nuevos movimientos eclesiales. Tenía a los jóvenes especialmente en el corazón.
Pironio fue el precursor de las JMJ
Su nombre está ligado sobre todo a los encuentros y a las Jornadas Mundiales de la Juventud, de las que fue uno de los iniciadores. El 11 de abril de 1987 se realiza la primera JMJ fuera de Roma, esta vez en Buenos Aíres. Bergoglio, junto a otros de sacerdotes, celebró misa y confesó a los jóvenes peregrinos.
En 1984 se le diagnosticó un cáncer de próstata.
El 6 de agosto de 1996, San Juan Pablo II aceptó su dimisión como Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.
En los documentos oficiales, se lee que a medida que su enfermedad se agravaba, pudo asumir sus sufrimientos cada vez más agudos con confiada esperanza, ofreciéndolos, como él mismo escribió, "por la Iglesia, los sacerdotes, la vida consagrada, los laicos, el Papa, la redención del mundo".
Murió en Roma (Italia) el 5 de febrero de 1998. Su cuerpo fue trasladado a Argentina, al santuario mariano de Luján.
Biografía espiritual
Quienes conocieron al Venerable Siervo de Dios le consideraban una persona de grandes cualidades humanas y profunda espiritualidad.
Otro elemento que lo une al actual pontífice es la predicación de la esperanza y la alegría como rasgos característicos del cristiano, ligados a su espiritualidad mariana, propia del Magnificat.
Sus biógrafos lo describen como un buen pastor en circunstancias complejas: paternal, suave, acogedor, firme pero comprensivo. En su obra daba importancia a las relaciones personales.
Para él, las relaciones humanas eran primordiales: establecer amistades y hacer crecer a los demás a través de los encuentros. Para sus detractores, esta pedagogía era una forma de debilidad, pero en realidad era su fuerza.
Como hombre de paz, sufrió cuando se enfrentó al conflicto. Fue capaz de tomar decisiones claras, que persiguió con empeño. Tenía un amor especial por la pobreza y vivía desprendido de los bienes materiales y de la riqueza, ejerciendo siempre la virtud de la humildad.
Su capacidad de mediación, fruto de la confianza en la Providencia y de una vida de imitatio Christi, resultó inestimable durante los trabajos de la Conferencia de Medellín.
Igualmente, se le describe como un pastor que aceptó la humillación y su enfermedad final con entereza.
