Víctor González tuvo un grave accidente en 2015 que le cambió la vida. Se golpeó cuando practicaba snowboard. Cayó de cabeza y se rompió dos vértebras cervicales. No podía moverse.
Entonces, fue llevado al hospital, donde los médicos lo ingresaron de inmediato en la sala de operaciones. No tenían buenas noticias para él: le dijeron que iba a quedar tetrapléjico.
Parálisis y pensamientos sobre la eutanasia
En ese momento, González se derrumbó y no pudo aceptar el hecho de que sería dependiente de otras personas. “No había nada que pudiera hacer”, dice. Estaba pensando en la eutanasia, no quería ser una carga para sus familiares. “Quería morir para no ser una carga para mi familia. Estaba convencido de que quería morir. Afortunadamente, sigo vivo y disfrutando”, dice.
El snowboard era su vida, dirigía una escuela de snowboard. Después del accidente en el que se rompió las dos vértebras y perdió el 30 por ciento de sus habilidades motoras y sensoriales, simplemente no veía más futuro.
“No quería pasar el resto de mi vida en la cama sin la capacidad de mover los músculos ni hablar y condicionar la vida de mi familia”, dice.
Una promesa a su madre
La idea de la eutanasia no fue un asunto de un día, pero la superó en el hospital, donde le prometió a su madre que algún día competiría en los Juegos Olímpicos.
Lucha por la vuelta al deporte
La fuerza de voluntad y la determinación lo ayudaron a recuperar algo de movilidad. Aceptó su nueva situación y decidió intentar luchar por sus sueños.
Rehabilitación en el hospital, visitas a fisioterapeutas. Siguió con las palabras que aún tiene en mente: "No lo intentes, hazlo". El snowboard, que casi le había quitado la vida antes, se convirtió en su motivación en ese momento.
“Al principio no podía mover nada del cuello hacia abajo, pero 20 días después de la cirugía comencé a mover el dedo gordo del pie. Los comienzos fueron muy difíciles. (…) La relación que llevas con la lesión y el entorno en el que te encuentras es muy importante. Tuve la suerte de que mis amigos y familiares hicieron todo y más por mí”, dice González. El deporte permitió a Víctor olvidarse de la desgracia y el sufrimiento.
A Pekín a por la medalla
González ya compitió en los Juegos Paralímpicos de Invierno de 2018. En aquel momento, dijo que esperaba que otros que habían sufrido accidentes similares vieran que podían progresar en el deporte.
El snowboarder será uno de los dos únicos participantes españoles (junto con Pol Makuri) en los Juegos Paralímpicos de Invierno que se celebrarán en Pekín del 4 al 13 de marzo.
El artículo está basado en el original, publicado por la edición polaca de Aleteia. Traducido del polaco al esloveno y editado por Veronika Snoj. (Posteriormente traducido al castellano.)