Responde Padre Stefano Tarocchi, decano de la Facultad de Teología de Italia Central:
Para establecer la edad total de una persona, incluso del hijo de Dios, es necesario remontarse a la fecha de nacimiento y muerte. Si bien los Evangelios no son textos historiográficos, son sin embargo la única fuente confiable que nos permite rastrear los hechos de los que estamos hablando.
Empecemos por la fecha de la muerte de Jesús, que dio lugar a la tradicional cuenta de treinta y tres años de su vida.
Jesús muere, un viernes, el día de la Parasceve, es decir, de la “preparación” de Pascua que según las fuentes evangélicas caía en sábado, y como consecuencia de ello se la consideraba particularmente solemne:
Los tres evangelios sinópticos coinciden en hablar de la hora novena (Mt 27,46-50; Mc 15,34-37; Lc.23, 44-46): las tres de la tarde, que corresponde a la hora en que se preparaban los corderos para la cena pascual.
Los tres evangelistas hablan de Preparación:
Mateo: para dar una idea de la jornada del Sábado Santo y del plan para construir una versión diferente del sepulcro vacío: A la mañana siguiente, es decir, después del día de la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron y se presentaron ante Pilato, (Mt 27, 62).
Marcos: para hablarnos de la preparación para el entierro de Jesús: “Era día de Preparación, es decir, vísperas de sábado. Por eso, al atardecer, José de Arimatea –miembro notable del Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios– tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.” (Mc 15,42-43).
Lucas: para señalar el momento exacto en que Jesús es bajado de la cruz: “Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.” (Lc. 23,54).
Ahora bien, como es sabido, la fecha de la Pascua tenía que ver tanto con el calendario lunar como con el solar. Esto nos permite tener el mes de Nisán constantemente en primavera, el primer mes según el calendario que hace coincidir el Año Nuevo con la fecha del éxodo de Egipto del pueblo judío, y corresponde a nuestro marzo-abril.
Entonces, hay dos Semanas Santas en este sábado en particular: la del año 30 y la del año 33. La primera de las dos parece más probable, viendo el cálculo del monje Dionisio, que deduce la fecha de nacimiento de Jesucristo en el año 753 desde la fundación de Roma.
Vamos a lo último: los Evangelios afirman que Jesús nació bajo el reinado de Herodes el Grande, que murió en el 4 a. C., después de haber reinado desde el año 37 (nació en el 73 a. C.).
Según el Evangelio de Mateo: “Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los mayor le habían indicado.” (Mt 2,16).
Todo esto también se cruza con el acontecimiento citado por el Evangelio según Lucas, es decir, el famoso censo por el que la sagrada familia se traslada desde Galilea a Belén.
Según el Evangelio de Mateo, en cambio, llega a Nazaret recién a su regreso de Egipto. “Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto. Y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea (Mt 2, 19-22).
Pero volvamos al censo contado por san Lucas: “En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea; y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.” (Lc 2,1-5)
Este censo, según el último ensayo de Ravasi, habría tenido lugar solo en el 6-7 d. C.
Hace unos años se planteó la hipótesis de una nueva datación debido a una inscripción en un manuscrito donado al Museo de Israel en Jerusalén: la fecha del censo se anticiparía al año 11 a.C. (Di Segni)
Sin embargo, la mayoría de los estudiosos se inclinan por una fecha intermedia: el año 6 a. C., dos años antes de la muerte de Herodes. Esto permitiría unificar los diversos censos del imperio de César en el descrito por el Evangelio según Lucas bajo el gobernador romano de Siria. También hay que decir que todo esto en sí mismo está naturalmente ligado a la fecha en la que el emperador Aureliano (270-275) quiso "formalizar el culto al Sol Invictus"; construyendo un templo en la colina del Quirinal con un nuevo cuerpo de sacerdotes (Pontífices Solis Invicti).
El templo fue consagrado el 25 de diciembre de 274 en una ceremonia denominada Dies Natalis Solis Invicti… de la cual derivó en el siglo IV la institución cristiana de la fecha del nacimiento de Jesús. Antes de Aureliano, el emperador Heliogábalo (218-222), de origen sirio, subvirtió las tradiciones religiosas romanas; sustituyo a Júpiter, señor del panteón romano, por la nueva deidad solar Sol Invictus; que tenía los mismos atributos que Mitra, el dios solar de ciudad de Emesa (ahora Homs, Siria)» (Penna).
Dado que el año cero no existe, y por tanto pasamos del año 1 a.C. en el año 1 d.C., Jesús vivió razonablemente unos 36 años. Así, lo que realmente importa, a pesar de que algunos argumenten lo contrario, es que su historia humana, que transcurre en un rincón marginal del Imperio Romano, se inserta perfectamente en la historia de la humanidad.