Los últimos reportes dan cuenta de al menos cinco personas fallecidas tras las fuertes lluvias del pasado domingo 20 de marzo en la ciudad brasileña de Petrópolis. El sitio se había convertido en noticia en el mes de febrero por un evento similar, asociado a las precipitaciones, pero que dejó 233 personas fallecidas.
En efecto, 34 días después de aquella tragedia en la región montañosa de Rio de Janeiro que enlutó a Brasil, el dolor se repite. Y la Iglesia, una vez más, abrazó a las víctimas.
Según informó la edición de Aleteia en portugués a través de Francisco Veneto, las iglesias de Petrópolis reabrieron sus puertas para las víctimas de estas lluvias históricas (más de 500 milímetros en 24 horas) que provocaron inundaciones y deslizamiento de tierras.
En ese sentido, desde la diócesis de Petrópolis se reafirmó que “sus instalaciones están abiertas para recibir a los damnificados por las lluvias en la ciudad”.
Por ejemplo, la iglesia de San Antonio, en Alto da Serra, dio albergue a más de 90 personas. Ese templo ya había sido uno de los principales protagonistas en el mes de febrero dando apoyo a unas 250 personas. Incluso, recuerda la crónica de Veneto, la iglesia aún tiene 19 personas albergadas desde la tragedia del pasado 15 de febrero debido a que todavía no tienen otro sitio al cual acudir.
Por su parte, el propio obispo de Petrópolis, monseñor Gregorio Paixão, manifestó que sigue de cerca la situación de las víctimas y que sigue en contacto tanto con autoridades municipales como con otros actores para la asistencia a los damnificados.
Cruces en honor a los muertos arrasadas
En tanto, un hecho que también llamó la atención tras esta nueva tragedia fue lo sucedido con las 233 cruces que habían sido fijadas en un parque local en homenaje a las víctimas de la tragedia en febrero (ver también este reporte de Aleteia en portugués).
Así lo demuestran algunas imágenes difundas a través de las redes sociales, tan solo una pequeña muestra de la magnitud de lo acontecido en Petrópolis, la ciudad de Brasil protagonista de una tragedia que se repite.
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