Era la mañana del 28 de octubre de 1936, y el Duce (Benito Mussolini) vestido con el uniforme militar, llega a Piazza Pia que quedaba al frente del Castel Sant’ Angelo; y da el primer golpe de piqueta que da comienzo a la demolición de todo un barrio romano, la “Spina di Borgo”.
La idea de Mussolini era doble:
La reconciliación entre un reino y un estado
La nueva avenida fue diseñada por Marcello Piacentini y Attilio Spaccarelli, y fue llamada Via della Concilazione, (Calle de la Conciliación); recordando justamente la reconciliación entre el Reino de Italia y la Santa Sede a través de los Pactos Lateranenses.
El 8 de octubre de 1937 se finalizó la demolición de 600.000 metros cúbicos construidos. La nueva calle tomó su fisonomía actual en 1950; con la erección de dos filas de faroles a forma de obeliscos, 28 en total, colocados a los lados de la calle.
Sin duda hoy, cuando vemos el Vaticano, desde Via de la Conciliazione, la vista es realmente escenográfica. Pero todavía hay muchas controversias entre los romanos sobre tal decisión.
Como dijimos antes prácticamente se perdió todo un barrio que se encontraba entre dos calles paralelas: Borgo Vecchio y Borgo Nuovo.
Desaparecieron edificios importantes, iglesias, dos hermosas plazoletas como “Piazza Scossacavalli”; de la cual al menos se salvó su fuente que fue reubicada al frente de la iglesia de San Andrés de la Valle.
Pero por otra parte desde su finalización se ha facilitado el acceso vehicular limitando el atasco del tránsito.
Se ve facilitado el “gran abrazo del Bernini”, a mayor cantidad de peregrinos.
Y en ocasiones, como por ejemplo durante las exequias de Juan Pablo II, ha servido como extensión de la plaza, alojando gran número de fieles.
Entre plaza san Pedro, Via della Conciliazione y las pequeñas calles adyacentes, llegaron a contener a 600.000 personas, para el funeral histórico más multitudinario de un papa. Papa Juan Pablo II llegó a recibir el homenaje de más de 3 millones de personas.