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¡Sorpresa! La Misericordia me esperaba a la hora exacta

La hora de la misericordia

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Claudio de Castro - publicado el 24/03/22
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“Ven a verme”, sentí que me pedía Jesús, y me dirigí a una iglesia pensando que lo que más le duele, según él mismo le dijo a una santa

Lo que ha ocurrido hoy, me estremeció el alma y la llenó de una insospechada ternura y de un amor muy grande por Jesús Sacramentado. ¿Te he contado que es mi mejor amigo?

Hace mucho que no tenía una experiencia similar. ¿Las has tenido alguna vez?

Conducía el auto, distraído, ajeno a lo que ocurría a mi alrededor cuando experimenté una dulce presencia de amor en mi alma.

Te llenas de una ternura infinita y de un amor que se desborda. Sentí que era Jesús y me decía: “Ven a verme Claudio”.

En sus palabras percibía dolor por una humanidad indiferente a su sacrificio y su amor.

Lo que más duele a Jesús

Jesús le hizo saber a santa Margarita María Alacoque su dolor ante tantos sacrilegios y frialdades: "lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado". La indiferencia de aquellos llamados a amarle, nuestra indiferencia.

Yo he sido parte de ella, debo reconocerlo. No siempre estoy atento a su llamada de amor. Y aun así, nunca ha dejado de ser un gran amigo, mi mejor amigo.

 “Voy a verte Señor”, le dije.

Pensé entonces en el aborto que están aprobando en varios países, con el silencio de los que olvidan un mandamiento fundamental: “NO MATARAS”.

Pensé en los innumerables pecados de la humanidad, en mis propios pecados, en los gobernantes que usan el poder para promover leyes contra Dios, que es la vida.

“Cuánto debes sufrir por nuestros muchos pecados, buen Jesús”, le dije.

A la hora precisa

Estaba ceca de una iglesia, Santa Eduviges. Sabía que tienen adoración perpetua, 24 horas al día y me dirigí hacia allá.

Al llegar me bajé con prisa del auto, sabía que Jesús me esperaba. Vi la hora y se me sacudió el corazón: 3:00 p.m. ¡Ahora entendía! Recordé lo que escribió santa Faustina en su Diario.

No estaba de casualidad a esa hora, en esa iglesia. Entré y me postré en adoración y me uní al rezo de la Coronilla.

La Misericordia te espera

Hice este pequeño video para ti, de forma que recuerdes quién está allí, esperándote, en esa Hostia Santa y confíes en su amor y su Misericordia.

La verdad es que me sentí apenado con Jesús y solo pensaba en consolar su Corazón.

¿Te gustaría acompañar un rato a Jesús con el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia?

Te dejo este video para que puedas rezarla con Aleteia, cuantas veces puedas, a lo largo del día, particularmente a las tres de la tarde..

El mundo como nunca antes está urgido de tus oraciones.

Clamemos a Dios por la conversión de los pecadores y la paz en la tierra.

¿Te gustaría compartirnos tus experiencias en la búsqueda de Dios? Escribe. Nos encantaría saber de ti. Te dejo mi email personal: cv2decastro@hotmail.com

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