Calles llenas de globos verdes, camisetas del mismo color. Una marea humana desde la calle Serrano hasta la plaza de Cibeles con carteles en los que se podía leer “yo soy de la generación provida”; “no es tu cuerpo, está en tu cuerpo”; o “¡viva la madre que te parió!”. Música, baile y también un manifiesto, sobre el escenario, animado por los influencers Grace Villarreal y Diego de Julián. Pero también silencio. Se ha guardado un minuto de respeto en recuerdo a los niños no nacidos y a las personas a quienes se les ha practicado la eutanasia.
Ecografía en directo
Sobre el escenario se han escuchado algunos testimonios personales. Historias reales, ejemplos actuales. Ha llamado la atención el caso de Halina y Marina, dos hermanas ucranianas. La primera ha relatado cómo asistir a una marcha como ésta le cambió la vida; y desde entonces ofrece su apoyo a las mujeres que piensan en abortar, para ayudarlas a ver que hay otro camino.
Marina está embarazada de 25 semanas. Ella ha dado testimonio de que la vida suena. El sonido es el corazón, los latidos. Por eso, se ha hecho una ecografía en directo para escuchar “el latido de la vida”. La mejor forma de celebrar el Día Internacional de la Vida. Después, ha sonado el Himno de la Alegría.
Reivindicaciones
Después de que el gobierno de España haya aprobado la Ley de Eutanasia y a puertas de la reforma de la Ley del Aborto, las cincuenta asociaciones convocantes han condenado las “leyes que atentan contra la vida humana, así como su financiación e imposición ideológica”. Lamentan la “cultura de la muerte” y piden que se protejan a las familias.
También ha habido una defensa específica a los médicos, a quienes la nueva ley impulsada por el Ejecutivo pretende despojar de su derecho a la objeción de conciencia. “Los médicos existen para salvar vidas, no para quitarlas”.
Con fuerza han sonado las palabras del presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Manuel Martínez Sallés. “Exigimos cuidados prenatales y cuidados a los pacientes con enfermedad avanzada. Que de verdad cuidemos a los enfermos, que no los matemos”.
Ha recordado además que tanto el colegio deontológico de los médicos españoles como la Asociación Médica Mundial “prohíben de forma muy clara la eutanasia, aún con petición expresa del paciente”.
Testimonios
En el escenario también se han podido escuchar algunas historias personales.
Según los organizadores han participado 20.000 personas, 9.000 según la Delegación del Gobierno. En cualquier caso, lo que ha sorprendido también es la gran afluencia de jóvenes, de abuelos de la mano de sus nietos, y de familias con algún miembro con síndrome de down.
Para Alicia Latorre, portavoz de la Plataforma Sí a la Vida “no se pueden recuperar las vidas perdidas ni el mal hecho, pero tenemos en nuestras manos el presente y, por tanto, el futuro. Confiamos en que cada vez más personas se unan a la causa de la vida”.
Javier Rodríguez, director del Foro de la Familia, ha resumido la marcha como “un éxito de convocatoria”; y remarca que “se ha notado la alegría de la defensa de la vida humana en miles de voces al unísono cantando y gritando Sí a la Vida, con una ilusión extra por no haber podido salir a la calle en los años anteriores a causa de la pandemia”.
Rodríguez remarca que “se han tenido muy presentes, incluso con testimonios, a las víctimas de la guerra; a las madres abandonadas; a los bebés por nacer; y a los enfermos que sufren y a quienes se les empuja a la muerte. También a los médicos que ven amenazado su derecho a la objeción de conciencia. Madrid se llenó de vida, un año más. Sí A La Vida”.
Manifiesto íntegro