separateurCreated with Sketch.

¿Estoy cumpliendo por orgullo?

COVER EYES

¿Hago lo correcto para no fallarme a mí mismo?

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Carlos Padilla Esteban - publicado el 01/04/22
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
¿Brota la envidia al ver la misericordia de Dios que perdona al pecador sin importarle la hora en la que vuelva?

Me duele la envidia. En ocasiones deseo lo que otros tienen, envidio lo bien que les resulta su vida.

Quiero lo que no he logrado y veo en otras personas. Me comparo. ¿Por qué miro tanto a los demás?

Me enferma mirar la vida de otros deseándola para mí. Y me asusta compararme en el físico, en la inteligencia, en los logros en el trabajo, en el éxito en los amores.

También me hace daño querer lo que otros poseen. Esa manía del corazón que no está en paz si no se compara con los demás.

Quiero vencer, quedar por encima, tener más éxito, lograr más cosas. Quiero que mi nombre se recuerde más que otros nombres. Así es esa envidia que enferma el alma.

Deseo lo que no tengo.

Cumplir sin alegría

Quizás me quedé en casa, en las normas de la Iglesia, cumpliendo siempre, estando a la altura de lo que esperaban de mí.

No decepcioné a nadie. Me porté siempre bien y fui compasivo. Amé a los que llegaban a la casa y sentí que era el hijo obediente.

Y entonces brota la envidia al ver al amor de Dios hacia el que vuelve arrepentido, al ver la misericordia de Dios que perdona al pecador sin importarle la hora en la que vuelva a la Iglesia.

Siento que cumplo pero no me alegra cumplir. Lo hago para no fallarme a mí mismo.

El orgullo me lleva adelante

No aguantaría no estar a la altura. No llevaría bien que alguien pudiera pensar mal de mí. Es el orgullo lo que me mueve, no el amor.

El orgullo de no pecar, no fallar, no caer. Y miro en menos a los que caen, pecan y se alejan. Y no quiero que los perdonen sin más, sin pedirles el pago por el mal causado.

¿Qué mérito tiene pecar para luego ser perdonado sin pagar penitencia? A todas luces es injusto.

Miro a los demás buscando que me agradezcan por lo que hago, por las veces en las que obedezco y le digo que sí a Dios.

Aprieto los dientes y sigo adelante. Me porto bien y doy una imagen santa. Pero por dentro me devora la envidia. Esos que no hacen nada. Esos que no cumplen como yo.

Me he quedado en la Iglesia y he querido irme muchas veces. Pero no era capaz de defraudar a los que me miraban.

Era por mi orgullo, no por ellos. Siento que la envidia que tengo dentro me enferma. Deseo retener el poder y que no venga un hijo pródigo saliendo de la nada, de su pecado a usurpar mi puesto. El puesto de hijo amado, hijo único querido.

Solo la misericordia salva

Me hace bien pecar y fallar para darme cuenta de mi orgullo y sentir que sólo la misericordia me salva, es lo que salva a todos.

El abrazo inmerecido. La fiesta que no es el pago por mi buen comportamiento. La alegría de Dios al verme caer y levantarme y volver hasta Él pidiendo perdón, porque no merezco la gracia, ni la reconciliación.

Todo es un don de Dios. Sin duda parece injusto, pero es sanador. La envidia me duele. Compararme me enferma.

Dejo de hacerlo y me alegro al ver el perdón del que vuelve. Me alegro y sonrío. Hago fiesta por el que regresa. Dejo a un lado mi orgullo y mi vanidad.

Y asumo que si no estoy feliz en casa cumpliendo tengo que mirar el corazón y preguntarme qué es lo que me causa tristeza. 

Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More