Su nombre hace probablemente referencia a que fue el sexto sucesor de san Pedro, entre los años 114 y 125 aproximadamente.
Su nombre se cita en el Canon Romano de la Misa.
Mandó que el cáliz solo fuera tocado por los sacerdotes. También ordenó que los obispos no fueran recibidos por sus diócesis hasta que presentaran las Cartas Apostólicas que aseguraban su plena comunión con el Papa.
Murió mártir. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Oración (del Canon Romano)
Reunidos en comunión con toda la Iglesia,
veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor;
la de su esposo, San José;
la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, Santiago y Juan, Tomás, Santiago y Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián,
y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.