Esta semana comenzó uno de los eventos deportivos más longevos y famosos de América Latina: la Copa Libertadores. Y con ello jornadas cargadas de fútbol y pasión.
Pero también en este torneo suelen aparecer imágenes que van más allá de lo deportivo y que muestran de alguna manera un espíritu de trascendencia. Desde futbolistas rezando en el campo de juego hasta otros que llevan tatuajes con vírgenes o santos, además de objetos religiosos.
En efecto, el pasado martes 5 de abril, en el clásico paraguayo disputado entre Olimpia y Cerro Porteño se vivió un episodio más que particular. En determinado momento, sobre el final del partido, el guardameta de Cerro Porteño, Jean Paul Fernandes, se empezó a mostrar molesto porque pensó que se le habían llevado el rosario que siempre lleva consigo y que durante los partidos deja al costado de la portería.
Para el futbolista, recuerdan medios como ABC, tiene un gran valor afectivo ya que fue un regalo de su abuelo. En el momento que no encontró su pertenencia reaccionó contra un alcanzapelotas.
Horas después el futbolista pudo recuperar el rosario y descubrió que el joven, de nombre Gabriel Medina, no se lo había robado, sino que había colaborado para encontrarlo. Esto hizo que le pidiera perdón.
“Estoy acá con Berni, abogado del club, y con toda humildad para pedir perdón a Gabriel Medina. Y agradecer a él porque recuperó mi rosario”, expresó el futbolista.
“En el momento del partido, apuntaron contra él como el culpable y yo fui junto a él porque era una cosa personal para mí, de mi abuelo y me fui a cobrar el rosario. Él sabía con quién estaba el rosario, tenemos todos los datos ya, pero no vamos a publicar ahora, vamos a juntar pruebas. Aprovechar para agradecerle y pedirle perdón”, insistió.
Un futbolista con su rosario en el pecho
No es la primera vez que este guardameta aparece junto a su rosario. A través de sus redes sociales es posible verificar cómo suele llevarlo a sus presentaciones. Imágenes también acompañadas con mensajes especiales.
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En tanto, el partido entre Olimpia y Cerro Porteño terminó en un cerrado 0 a 0. Resta esperar lo que suceda con los otros partidos del grupo y el encuentro revancha. Pero desde ya el del martes para muchos será recordado como el partido en que un rosario se transformó en el curioso protagonista.
