Hoy desde que desperté me he reencontrado con el pequeño Claudio, el niño que una vez fui, cuando el mundo era un lugar puro y simple, cuando lo que más anhelaba era estar con Jesús. Cuando estudiaba con las monjas franciscanas en el colegio Paulino de San José.
Por algún motivo el buen Dios me ha concedido esta gracia. Verme niño, inocente, confiando plenamente en su amor de Padre.
Sabía que algo especial me esperaba en el viejo librero y allí me fui a buscar quién sabe qué. No demoré en hallar un libro pequeño, algo gastado titulado: Mi pequeño corazón reza.
Fue publicado en 1953 y desde que me lo obsequió la hermana Ávila, nunca me he separado de él.
Le conté a mi esposa: “Mira lo que hallé, el librito de mi primera comunión”. Lo abrí para encontrar los recuerdos.
Recuerdos luminosos de la Primera Comunión
El pequeño Claudio, saliendo de la capilla, pantalones cortos y una gran emoción en el corazón y el alma. Llevaba por primera vez a mi Señor, como un Sagrario vivo.
Aquella mañana soleada recibí mi primera comunión. Iba feliz, con mi librito en la mano. El mundo y el cielo me pertenecían. No necesitaba más.
Deseaba que esta sensación, el amor que me inundaba el alma de niño, fuese eterna.
En la página 31 hay una postal hermosa de un cuarto infantil. Una cama pequeña, bien aseada, una cruz en la pared, un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. Y el texto dice:
Oraciones sencillas
Llevé mi libro como aquel primer día a Misa y en el camino recé:
La Misa fue particularmente hermosa. Antes de la comunión busqué mi librito y recé con esta plegaria:
Luego de una comunión tan esperada y deseada, me arrodillé para adorarlo y decirle que lo amaba.
Jesús y yo juntos de nuevo
“Ya lo noté”, me dijo mi esposa cuando salimos de Misa. “Algo especial ha ocurrido hoy”.
“Sí”, le respondí ilusionado.
Éramos de nuevo, Jesús y yo, los grandes amigos, los amigos de la infancia, dispuestos a ir por el mundo llevando su Amor.
Vayamos juntos amable lector, a ver a Jesús en el Sagrario, con el corazón de un niño, para acompañarlo y decirle que le amamos.
Fragmento del Devocionario Eucarístico de Claudio de Castro con una reflexión relacionada con la Eucaristía para cada día del año, que se lanza hoy Domingo de la Divina Misericordia.