"Esta mañana ha fallecido el cardenal Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla. El cardenal Amigo fue intervenido quirúrgicamente en los pulmones el pasado lunes, como consecuencia de una dolencia que se sumó a la operación de cadera que se le realizó el 23 de febrero, tras la caída sufrida en la Misa que se celebró en la Catedral de la Almudena en conmemoración del XXV aniversario de la ordenación del cardenal Osoro". Así anunciaba la Conferencia Episcopal Española la noticia de su fallecimiento.
El cardenal Amigo Vallejo ha sido una de las grandes figuras del episcopado español en los últimos años. Un hombre con un carácter afable, con un verbo fácil y unas intervenciones magistrales que destacaban por su gran oratoria.
De curar el cuerpo a curar el alma
Nació en Medina de Rioseco, provincia de Valladolid, el 23 de agosto de 1934. Primeramente quiso ser médico y comenzaría en la Facultad de Valladolid la carrera, que abandonaría para hacerse franciscano. Se hizo sacerdote y finalizaría en Roma sus estudios de Filosofía.
Fue destinado a Madrid y allí compaginaría los estudios de Psicología en la Universidad central con el profesorado en centros de educación especial. Impartió clases de Filosofía de la Ciencia y de Antropología.
Poco a poco iría creciendo en cargos y responsabilidades. En 1970 es nombrado Provincial de la Provincia Franciscana de Santiago y el 17 de diciembre de 1973 es nombrado Arzobispo de Tánger.
Se hizo Sevillano
Pero si por algo se le recordará al cardenal Carlos Amigo Vallejo es por su paso como arzobispo de Sevilla, adonde llegaría en 1982. Su paso por la diócesis hispalense será siempre recordado. Modernizó la diócesis y dejó una honda huella. Hoy, toda Sevilla llora su pérdida.
Durante sus años como arzobispo fueron muchos los grandes hitos realizados. Entre ellos se podrían citar las organizaciones de las visitas que San Juan Pablo II hizo a Sevilla. Especial recuerdo para la primera, la realizada con motivo de la beatificación de Sor Ángela de la Cruz. El cardenal Amigo Vallejo acababa de ser nombrado arzobispo de Sevilla.
También se pueden destacar, en lo económico, la venta del Palacio de San Telmo en 1989, entonces propiedad de la Iglesia, a la Junta de Andalucía. El Palacio es ahora la sede del gobierno y le propició grandes ingresos al arzobispado.
En lo social, nadie puede olvidar que presidió la boda de la infanta Elena con Jaime de Marichalar en la Catedral de Sevilla. Un evento multitudinario que mostraría sus extraordinarias relaciones con la Casa Real.
En lo espiritual, su devoción a la Virgen encajó perfectamente en las tierras andaluzas que veneran tantas advocaciones y poor extensión en toda España, Tierra de María, como la llamaba san Juan Pablo II.
Mensajes de cariño desde Sevilla
No obstante lo que enamoró a los sevillanos y lo que hará que le sigan recordando era su carácter. Puramente franciscano. Un hombre de mano izquierda, de diálogo, de encuentros, de sonrisas, de afectos de comprensión y cariño. Un castellano que se hizo sevillano. Esta mañana nada más conocerse la noticia las campanas de la Giralda repicaban en su recuerdo.
Sus restos mortales descansarán en la Catedral de Sevilla. En un lugar que él mismo había elegido: en la capilla situada contigua a la Capilla Real. Quería, para siempre, quedarse en Sevilla.