Después de la vacunación contra el COVID-19 en niños de entre 5 y 11 años, pueden aparecer algunos síntomas o efectos secundarios, de la misma manera que al tomar cualquier otro fármaco o recibir una vacuna.
Efectos generalmente leves y transitorios
El estudio que ha evaluado la seguridad de la vacuna Comirnaty en aproximadamente 3.100 niños de esta edad mostró que, en los raros casos en que la vacuna provoca reacciones adversas, estas suelen ser efectos leves y transitorios, que se producen al poco tiempo de la vacunación. Desaparecen en la mayoría de los casos en un plazo de un día o dos.
Las reacciones observadas fueron:
Locales: hinchazón, dolor y enrojecimiento en el lugar de la inyección.
Generalizado: malestar general, dolor de cabeza, escalofríos, fiebre, dolores corporales, náuseas, ganglios linfáticos inflamados, erupción cutánea.
Por lo tanto, los posibles efectos secundarios en niños son similares a los observados en adolescentes y adultos. En particular, a partir del estudio de evaluación de seguridad inicial y de los datos observados posteriormente en más de cinco millones de administraciones ya realizadas en los Estados Unidos y en Israel en niños de entre 5 y 11 años, la frecuencia de estos trastornos colaterales fue inferior a aquella observada en adolescentes y adultos.
Además, en el amplio estudio mencionado, no hubo informes de reacciones graves, miocarditis o pericarditis, o reacciones alérgicas como anafilaxia. Obviamente, no se registró ningún deceso.
Las reacciones “positivas”
Estos llamados “efectos secundarios” de la vacuna son una señal de que el sistema inmunitario del niño está reaccionando a la vacuna. Por lo tanto, los padres no tienen que preocuparse si el niño tiene un poco de fiebre o si el niño se queja de malestar. Estas son reacciones “positivas”, porque nos dicen que el cuerpo está respondiendo a la vacuna.
¿Qué se debe hacer si el niño tiene una reacción a la vacuna?
Generalmente, todas las manifestaciones leves que pueden ocurrir después de la vacuna se resuelven por sí solas, sin la ayuda de medicamentos. Si quieres aliviar un síntoma como la fiebre, o intentar calmar al niño inquieto por el dolor, puedes administrarle ibuprofeno o paracetamol.
Si el niño se queja y la zona donde se aplicó la vacuna se ve hinchada y enrojecida, se puede aplicar una toallita mojada con agua fría o una bolsa de hielo para aliviar el dolor.
Medicamentos antialérgicos
Como todos los medicamentos, esta vacuna puede provocar una reacción alérgica, determinada por la hipersensibilidad del niño a uno de sus componentes. Estas son reacciones generalmente leves y transitorias, fácilmente controlables con medicamentos antialérgicos, como por ejemplo, enrojecimiento de la piel o zonas limitadas de inflamación, síntomas de urticaria (manchas rojas, elevadas y con comezón) que pueden estar localizadas o más extendidas.
¿Cuándo contactar con el pediatra?
En este caso, es recomendable contactar con el pediatra de familia para describir lo que sucede y recibir sugerencias o una posible visita. Si el pediatra confirma que la reacción no es grave, el niño podrá recibir la siguiente dosis de la misma vacuna, en condiciones de protección, informando del episodio ocurrido con anterioridad al vacunador. Su médico puede consultar con un especialista en alergias e inmunología para una evaluación y asesoramiento adicionales.
Las reacciones alérgicas graves
Las reacciones alérgicas graves son excepcionales y se hacen aún más raras gracias a una anamnesia pre-vacunación, que permite al personal sanitario, a través de preguntas específicas, evaluar la posible no idoneidad a la vacunación.
Las reacciones alérgicas graves, llamadas anafilaxia, pueden causar latidos cardíacos rápidos, dificultad para respirar, hinchazón de la garganta y erupciones cutáneas generalizadas. En este caso, el profesional sanitario interviene administrando un fármaco, la adrenalina, que anula rápidamente la reacción. Las reacciones graves casi siempre aparecen poco después de la administración: por eso se pide a los padres que esperen al menos 15 minutos después de la vacunación antes de irse.
Rarísimos casos de miocarditis y pericarditis
Cualquier persona que haya tenido una reacción alérgica grave después de recibir una vacuna contra el COVID-19 no debe recibir otra dosis de aquel tipo de vacuna. Se han observado casos muy raros de miocarditis y pericarditis, dos afecciones inflamatorias que afectan al corazón, en adolescentes vacunados con la dosis completa de Comirnaty (a partir de los 12 años, la dosis de la vacuna es la misma que en los adultos).
Se soluciona con terapia específica
En estos niños se manifestaba con dolor torácico repentino, dificultad para respirar o palpitaciones (sensación de que el corazón “late rápido”), que siempre se resuelve con tratamiento médico y muchas veces sin hospitalización. Si aparecen estos síntomas, será recomendable realizar controles adecuados a través de su pediatra o en el hospital.
La Agencia Europea de Medicamentos y la OMS vigilan la seguridad de las vacunas
La información, luego, se enviará a la base de datos de la Agencia Europea del Medicamento y la Organización Mundial de la Salud, que juntos supervisan la seguridad de las vacunas. Gracias a los informes es posible evaluar cualquier efecto secundario con mayor precisión e intervenir oportunamente, garantizando la seguridad de las vacunas en el mercado.
Veronica Santilli