Esta vez no fue necesario utilizar un helicóptero para que la Virgen de Chapi pudiera bendecir a sus hijos. Es que luego de dos años de pandemia y templos dedicado a la famosa advocación mariana de Arequipa sin poder recibir a los fieles, las celebraciones volvieron a ser presenciales.
Según la crónica de medios como Agencia Andina, ni el inclemente sol ni las restricciones que aún continúan por la pandemia impidieron a los devotos llegar hasta el Santuario de la Virgen de Chapi ente el 30 y 1 de mayo.
La propia Arquidiócesis de Arequipa había informado de manera previa que la imagen de la “Mamita” estaría expuesta en la explanada del santuario ubicado en el distrito de Polobaya (76 km de la ciudad de Arequipa) y con la posibilidad de la celebración de varias misas.
“Cara a cara”, pero son procesiones
El estado de emergencia sanitaria por el coronavirus persiste en Perú, por lo cual para evitar aglomeraciones de personas no se realizaron las tradicionales procesiones ni la serenata de vísperas con fuegos artificiales, tal anunció la propia arquidiócesis.
No obstante, a pesar de esto (tampoco hubo campamentos) y las recomendaciones de visitas breves respetando medidas de bioseguridad, los fieles pudieron volver a reencontrase “cara a cara” con la Mamita.
Sin duda un paso más que llena de esperanza en cuanto a lo que se viene y con respecto a una fiesta que suele convocar a más de 200.000 personas en tiempos de “normalidad”.