“Aves migratorias” es el nombre de un programa que benefició a alrededor de 100 niños en situación de movilidad humana en Guayaquil, Ecuador. A través de una jornada en las instalaciones de la parroquia San Juan Bautista de los Esteros fue posible disfrutar del teatro, juegos, además de colaboraciones en ropa y alimentos.
Fue durante esa jornada donde aquello de lo bello de sacarle una sonrisa a niños que necesitan de alegrías, como aquellos que tienen que sufrir el drama de dejar su tierra y buscar un lugar digno para vivir, se hizo efectivo.
Según informó la Arquidiócesis de Guayaquil, Payasos sin Fronteras presentaron la obra “Aves Migratorias”. Y fue ahí donde, a través de marionetas, “los niños conocieron la importancia de aceptar a quienes provienen de cualquier parte del mundo”.
También apareció el testimonio de la venezolana Lisbeth Álvarez y la colombiana Angie Osorio, quienes han reconocido que si bien durante su estadía en Ecuador han tenido que vivir la experiencia de la discriminación por su condición de migrantes, también han recibido “caricias”. Esto en referencia al agradecimiento por la ayuda en la asistencia para la renovación u obtención del pasaporte. Lo mismo en cuanto a kits de higiene y hasta ropa.
En tanto, también se recordó que detrás de esta iniciativa hubo organizaciones como Cáritas Guayaquil, Pastoral de la Mujer, Banco de Alimentos Diakonía, Organización Internacional para las Migraciones, Payasos sin Frontera, fundación Care y la corporación Humor y Vida.
Todos ellos, en definitiva, fueron los que permitieron que niños necesitados pudieran sonreír.
El mensaje del papa a los migrantes
A pocos días de esta jornada, más específicamente este 12 de mayo, el propio papa Francisco presentó en Roma el mensaje para la 108 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2022 que se celebrará el próximo 25 de septiembre. “Construir el futuro con los migrantes y los refugiados”, es el tema del mensaje, tal cual informó Aleteia.
“El Papa ha pedido que los migrantes y los refugiados, bajo la visión profética de Isaías, no sean vistos como «los extranjeros», percibidos como «invasores y destructores, sino como trabajadores bien dispuestos que reconstruyen las murallas de la Nueva Jerusalén, la Jerusalén abierta a todos los pueblos (cf. Is 60,10-11)»”, se recordó en ese artículo.