¿Qué es un café? La excusa perfecta, la frase hecha que todos traducimos por “¡qué ganas tengo de que nos veamos con un poco de calma!”. En muchos casos, la vida nos va aplazando ese premio, o quizá nosotros no lo defendemos con verdadero ahínco. “¿Para cuándo ese café?”, nos decimos rápidamente a la salida del colegio, en un encuentro fortuito por la calle, mientras nos empuja la prisa del llego tarde a… Nos miramos rápido, y nos prometemos ese café que hemos ido arrinconando, vete tú a saber en qué cajón.
Yo, personalmente, llevo procrastinando un café desde hace tres navidades (Davi, no miro a nadie…). Pero una familia cafetera decidió no esperar más. “El café de los viernes” se ha reunido por primera vez este mes de mayo. Un café muy esperado, soñado, y que nos dejó con ganas de un sorbito más.
Antes de contarte más detalles de este café, quiero explicarte qué es “El café de los viernes”. Es una reunión de tías, clandestina y simultánea, con la misma primera invitada en cualquiera de las ciudades donde se celebra.
Es un café de tías porque lo necesitamos. Esta sociedad se empeña con fuerza en que las mujeres olvidemos que encontraremos la felicidad en darnos. Darnos de las mil y una maneras que esta vida nos ofrece, pero darnos. Necesitamos reflexionar y hablar de los escaparates que esta sociedad nos presenta como tendencia: “sé fiel a tus sentimientos”, “ya has dado mucho, ahora te toca a ti”. Planteamientos de vida que, si los asumes de una forma desordenada, pueden hacerte mucho daño y dirigirte lejos de la verdadera felicidad, la única que verdaderamente te deja satisfecha. Una felicidad que permanece. No como los quince minutos de euforia que consigues tras comprar una prenda de ropa, o las dos semanas de diversión que te proporciona un viaje. Una felicidad profunda que no pueden apagar ni las épocas de dolor.
Es un café clandestino, porque tiene lugar en viviendas particulares, con sabor de hogar. #hastaahoranohaciafaltacontraseñaparaentrar. Es un café simultáneo, porque se celebra en varias ciudades a la vez. El esquema de un café de los viernes habitual es el siguiente:
11:00, presentación del café y del invitado desde la cuenta de @cafedelosviernes en Instagram.
11:05, visualización del testimonio colgado en el canal de Youtube “Café de los viernes” desde todas las ciudades cafeteras.
11:50, directo desde Instagram para que cualquier persona que esté en el sofá de Oslo o en el de Canarias pueda preguntar dudas al invitado.
12:30, el tercer tiempo. La parte más importante del café. Cuando ponemos los móviles en modo avión, y nos tomamos el café con nuestras amigas.
Un café con el que pretendemos lograr ese buen sabor de boca que produce el enamorarnos. Enamorarnos de nuestra vida, de nuestra casa, de nuestro marido, hasta de nuestra talla, aunque sea la XL, con la ilusión de sacar todo el brillo a lo que tenemos. Un café que evapore la tentación de salir corriendo hacia esos escaparates que se nos presentan fascinantes, divertidos… pero que sólo son mentiras como la casita de chocolate de Hansel y Gretel. Una vez que te metes en ellos, sólo encuentras a las tres brujas: Soledad, Desesperación y Angustia.
Y esto lo conseguimos, no porque los cafés sean deliciosos o los bizcochos exquisitos, ni porque los invitados sean tan increíbles como Leopoldo Abadía. Lo que provoca el éxito de “El café de los viernes” es la gracia que sólo Ella, María de Nazaret, nos puede dar.
Antes de las 11, nos encomendamos a Ella desde el chat de las 50 anfitrionas del café, y le pedimos que se haga la dueña y señora de nuestros hogares. Le rogamos que sonriamos, que miremos como sólo lo hace Ella. Que hablemos como lo haría ella y, sobre todo, que nos callemos como se callaría Ella. Garantizando así que nadie hablará mal de nadie en esos cafés. Así que el ingrediente secreto que garantiza el éxito de todos los cafés de los viernes es tenerla a Ella como primera invitada. A Ella, que está deseando sentarse a tu lado.
Pero, ¿qué pasó en este mes mayo? La Fundación CEU, nos ofreció su casa para hacer allí algún café. Cuando surgió esta oferta, alguien del café pensó: ¿A que el 13 de mayo de este año cae en viernes? Y así fue, el almanaque confirmó el dato, y no lo dudamos. El primer café con todas juntas no podía ser de otra manera, en su día.
Y lo quisimos celebrar con unos invitados de lujo: #lamacrofiestadelrosario. Ellos, Clara, de @lavirgendelaalegría, el sacerdote José María Quintana, Javier Pacheco y Laura Montesinos, de @viajarentrelíneas, los cuatro pilares de la macrofiesta del Rosario, nos ayudaron a homenajear como se merece a la reina y señora de estos cafés. Gracias, gracias, gracias.
Puedes ver imágenes del encuentro entrando en esta galería fotográfica:
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Los Cafés de los Viernes son gratuitos. Puedes participar físicamente o bien online. ¿Quieres asistir a alguno de estos cafés? ¿Quieres ser anfitriona y formar parte de esta familia cafetera? Puedes ponerte en contacto dejando un mensaje privado por Instagram al @cafedelosviernes.