Pensar en la lectura sólo como instrumento para mejorar el conocimiento es acertado, pero ¿nos hemos parado a pensar en la capacidad transformadora de la lectura? Aquí van algunas claves.
1Psicomotricidad.
Si leemos, nos movemos mejor. Es la conclusión a la que llega Fernando Ariza, profesor de literatura de la Universidad San Pablo CEU. “La ciencia ha demostrado que las personas que leen, desarrollan más el córtex cerebral que afecta a los movimientos” por lo que, cuando leemos, mejoramos sin darnos cuenta nuestra capacidad corporal.
2Crecimiento intelectual.
Cuando leemos, “el cerebro crece en conexiones neuronales”. No solo amplía su tamaño, sino que es uno de los ejercicios que más ayuda al desarrollo intelectual y mental.
3Vocabulario.
Más conocida es la aportación que tiene la lectura a nuestro vocabulario. “La realidad que no conocemos no existe”, afirma Ariza. Lo que no nombramos, es ajeno a nuestro pensamiento. Aquí entra en juego la riqueza léxica que adquirimos al leer. Cuanto más leamos, más vocabulario y más palabras conoceremos. “Nos acercamos a la realidad llamando a las cosas por su nombre”.
4Mejora de la gramática.
Leer nos aclara cómo escribir, pero también cómo expresarnos. “Si queremos transmitir ideas complejas, tenemos que saber construir estructuras gramaticales complejas”. Desarrollamos el pensamiento a través de la lectura. “Si no sabemos ni entendemos las oraciones subordinadas, sólo podremos transmitir ideas simples y no sentimientos complejos”.
5Capacidad de concentración.
La lectura implica concentración. Ahora, en una sociedad rodeada de pantallas y donde los pequeños no paran de recibir inputs exteriores, lograr concentrarnos con un libro es muy positivo. “Mantener la disciplina y estar concentrados media hora, o una hora con un libro, es un ejercicio vital”, afirma el experto. “Conseguimos que, en lugar de engancharnos a una serie o a un programa de televisión, nos enganchemos -añade- a otra historia que nos atrapa de la misma manera”.
6La lectura se entrena.
Si queremos que los niños tengan el hábito de la lectura, lo más importante es que vean a sus padres hacerlo en casa. “La lectura es como ir al gimnasio, el primer día no podemos correr 4 horas, pero sí vamos aumentando el ritmo poco a poco”. Lo importante es hacer al niño disfrutar, gozar de este tiempo en el que se sumerge en el libro. “El error está en forzar a los pequeños a leer, como si fuera obligarles a hacer los deberes al volver del cole”.
7Elegir una buena lectura.
Los padres tienen que saber qué leen sus hijos de la misma forma que saben quiénes son sus amigos. “Ojear sus libros y preguntarles qué cuenta esa historia y cómo son los personajes es fundamental. Incluso ponerles en la tesitura de juzgar las acciones que han hecho los protagonistas, preguntarles qué hubieran hecho ellos”. Teniendo en la mente a los grandes clásicos de la literatura, no debemos desechar la literatura más comercial, porque el gusto por esta nos llevará después a amar las grandes obras y a acercarnos a ellas.
8Competencia a las series.
No hay nada mejor que hacer competencia a las series con un buen libro. “Si alguien se engancha a un buen libro está haciendo competencia a la tele, a las redes, a las pantallas…con una ventaja añadida: su cerebro trabaja y el niño se desarrolla sin darse cuenta”.