"¡Déjanos rezar! Recemos nuestro rosario, la misa, la oración que decimos. Oremos por este país, por este pueblo de Dios, por la Iglesia allí presente y, así, nos hagamos misioneros”.
Aquí la exhortación que hace el padre Daniel Rocchetti, asesor de la Comisión de Acción Misionera y Cooperación Intereclesial de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).
Las palabras de este sacerdote tienen que ver con la jornada especial de oración que vive Brasil este 1 de junio. Se trata de la convocatoria que hace la Iglesia junto a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. Se hace con el objetivo de rezar por Burkina Faso (África).
El llamado del Papa por la paz
“Esta no es la primera vez que el país sufre un ataque. Desde 2015, más de 1.500 personas han muerto como resultado de repetidos episodios de violencia”, señala un video que promociona la jornada.
A través de esta acción también se recuerda el propio pedido del papa Francisco en junio de 2021 por la paz en Burkina Faso y en el continente.
“Nuevamente, hoy, en 2022, este es el pedido del Santo Padre: paz y no violencia para los pueblos”, señala el video.
Hagamos de la oración una misión
Es a través de este llamado especial vinculado a la oración, que sirve como ejemplo más allá de Brasil, que de alguna manera se transforma en claro ejemplo de cómo colaborar con la obra misionera. Aquí el espíritu del llamado que hace la Iglesia de Brasil con respecto a este tipo de pedidos, poner en valor a la oración como “acción misionera”. Por lo cual, a través de esto, se propone que cada cristiano católico pueda dedicar un tiempo al día para orar por un país o causa en especial.
“Muchas veces pensamos que nuestra vida cristiana se limita a nuestras tareas, a nuestras necesidades particulares y muchas veces por esta situación muy cercana a nosotros rezamos por nuestras intenciones, rezamos por nuestras dificultades, por los problemas de nuestras familias, por nuestros problemas. Y es justo que así sea, es justo que así sea. Sin embargo, descubrimos con la vida de los santos, de manera especial, la de santa Teresita del Niño Jesús, que somos capaces de hacer que nuestra oración nos lleve donde nuestros pasos, nuestros pies no pueden llegar. Orando nos convertimos en misioneros”, expresa el padre Daniel.
“Cuando rezamos por intenciones, por situaciones que están lejos de nosotros, intercedemos por esas personas, por esas situaciones y nos convertimos también en misioneros, porque la oración es una forma de misión”, agrega.