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Un joven egipcio (no católico) se salva después de suplicar a Santa Rita

Santa Rita es una religiosa italiana perteneciente a la orden de las agustinas. Vivió entre los siglos XIV y XV. Mientras asistía a la prédica de un franciscano, Giacomo della Marca, sobre la pasión de Cristo, sintió angustia. De vuelta a su celda, pidió a Dios poder sentir los dolores de Cristo directamente en su propia carne. Su petición fue escuchada: una espina del crucifijo frente al que estaba arrodillada se salió y se incrustó en su frente. Conservó una llaga abierta y dolorosa hasta su muerte.

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Gelsomino del Guercio - publicado el 07/06/22
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La historia de Heshia proviene de Messina, donde vive. Llegó a Italia en barco. Para luego "desembarcar" en "malas compañías". Ahora es activista de una parroquia local

Una historia de Salvación: es la de Heshia, uno de los muchachos de la asociación voluntaria "S. Maria della Strada" de Messina que "debe" a Santa Rita su renacimiento.

La escapada en barco

La del joven egipcio de 24 años, escribe La Gazzetta del Sud (1 de junio) es una de las muchas historias de dolor y esperanza: en el 2014, con solo 15 años, dejó a su familia para escapar a bordo de un barco.

Pero una vez que llegó a Italia, una larga "peregrinatio" comenzó para él de una comunidad a otra, de ciudad en ciudad. El desapego de los afectos familiares y la inseguridad lo empujaron a experimentar la fragilidad de una vida disoluta y es así como se encontró en "malas compañías".

MIGRANTS

¿Un destino marcado?

Incluso en Messina, a pesar del cuidado de la comunidad que lo había acogido, el destino del joven parecía marcado. "Había perdido toda esperanza de poder vivir una vida digna y me dirigí a Santa Rita", dice Heshia. Aunque no era católico, aprendió a conocer la naturaleza extraordinaria de esta mujer observando a los devotos que todos los días se reúnen en oración a sus pies, en el santuario de Via S. Marta en Messina, para implorar gracias.

Las rosas a Santa Rita

"Ver a tanta gente, incluso jóvenes como yo, encomendarse a la santa para compartir dolores, miedos y esperanzas, me hizo comprender el valor de la fe más allá de la religión que cada uno profesa", dice a La Gazzetta del Sud, mientras arregla las rosas al pie de la estatua y prepara el altar entre una misa y otra. Han pasado seis años desde el último problema en que se vio involucrado.

"Me hizo conocer a Esmeralda"

Hoy Heshia es un joven "con la cabeza sobre los hombros", sereno y listo para volver a ponerse en juego; ha aprendido el italiano y está completando sus estudios. "Santa Rita me presentó a Esmeralda", nos confía, una dulce chica con la que sueña un futuro.

"Punto de referencia para los fieles"

El rector, padre Franco Pati, al cual el joven reconoce el mérito de haberle permitido "comprender que siempre se puede levantar después de una caída, con dignidad y valentía", admite que "ahora Heshia se ha convertido en un punto de referencia para los fieles de nuestra iglesia".

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