El Rosario es profundamente eucarístico. En él se puede sentir el eco del pan y el vino convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Está claro en el quinto misterio luminoso -la institución de la Eucaristía-, pero también en otros.
Por ejemplo, del cáliz en la agonía en el huerto de los olivos a la promesa de la Ascensión, "yo estoy con vosotros todos los días".
Sin embargo creo que son los misterios gozosos los que iluminan más la Eucaristía:
1El anuncio del ángel a María
La Anunciación es el momento en que "el Verbo se hizo carne".
En la Eucaristía, Jesús está realmente presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad.
2La visita de María a su prima Isabel
María es impulsada por Jesús para visitar a Isabel.
La Eucaristía nos impulsa a llevar a Cristo al mundo.
3El nacimiento de Jesús en Belén
Pastores y Magos adoraron a Dios en el Niño de Belén
También nosotros nos arrodillamos frente a Él presente en el Santísimo Sacramento
4La presentación de Jesús en el Templo
Después de 40 días desde el nacimiento, María y José llevan a Jesús al Templo.
Al recibir la Eucaristía llevamos a Jesús al templo de nuestro corazón.
5El Niño perdido y hallado en el templo
María y José pierden a Jesús y lo encuentran en el Templo entre los Doctores de la ley
Cuando no vemos a Jesús en nuestra vida, hay un lugar en donde podemos encontrarlo siempre: el sagrario.