Crecer nunca ha sido fácil. En cierto modo, es más difícil hoy que nunca. Las presiones que enfrentan los adolescentes modernos son grandes y abrumadoras; desde el terreno cambiante de la moralidad hasta la exposición continua creada por las redes sociales.
Pero con Ms. Marvel finalmente se abre paso, de las páginas de Marvel Comics a las pantallas de televisión y cine, una heroína con la que los jóvenes pueden idenficarse.
En cierto modo, eso puede parecer exagerado. Después de todo, ¿no se supone que todos los héroes de los cómics son icónicos para los jóvenes? Además, ¿Spider-Man ya no nos está dando una idea del héroe adolescente moderno?
Sin embargo, en el personaje de Kamala Khan, interpretada por la actriz revelación Iman Vellani, vemos cosas importantes que no habíamos visto antes.
Chicas adolescentes y chicos adolescentes
Por un lado, la experiencia de las chicas adolescentes es muy diferente a la de los chicos adolescentes; especialmente cuando se trata de la imagen corporal, las relaciones e incluso el cumplimiento de las expectativas académicas.
Además, vemos en Kamala cómo es crecer en una familia inmigrante "morena" en una sociedad que no siempre valora esas experiencias. "En realidad, no son las chicas morenas de Jersey City las que salvan el mundo", le dice Kamala a su amigo Bruno en el primer episodio del nuevo programa de Disney+.
Pero Bruno la conoce. "Eres Kamala Khan", dice, "si quieres salvar el mundo, entonces vas a salvar el mundo". Y si la serie se parece en algo al libro del que surgió, Kamala aprenderá a encontrar en sí misma lo que Bruno ya ve allí: fuerza y compasión que van mucho más allá de los superpoderes.
La fe de Ms. Marvel
Quizás lo más notable de Ms. Marvel como personaje, es su fe. Aparte del catolicismo excesivamente melancólico de Daredevil, la religión no es algo que hayamos visto mucho el Universo Marvel, a pesar de la presencia de dioses nórdicos y egipcios.
Kamala Khan es musulmana y es una parte importante de su identidad. Si bien el Islam y el catolicismo no son lo mismo, es alentador ver a un personaje con superpoderes para quien la fe es real, incluso aunque sea una lucha.
En los cómics, Kamala a menudo lucha con lo que cree. Incluso en los primeros dos episodios de la serie, ya hay indicios de que este aspecto del personaje se mantendrá constante.
Soy sacerdote y capellán a tiempo completo en una escuela secundaria, paso mucho tiempo caminando junto a los adolescentes mientras intentan descubrir en qué creen y por qué.
El estereotipo es que los jóvenes de hoy han rechazado la religión por completo. Y ciertamente muchos de ellos lo han hecho: la presión primordial para aceptar una versión completamente secularizada del mundo es difícil de escapar para cualquiera hoy en día; pero especialmente para aquellos que todavía están tratando de averiguar dónde encajan en el mundo.
Pero a menudo, en sus intentos por dar sentido a su fe, los adolescentes no están tratando de rechazar la religión, y mucho menos los lazos profundos de cultura y familia que la acompañan, sino de entender cómo puede tener sentido en el mundo real. Están creciendo y quieren saber si su religión puede crecer con ellos.
Los poderes
Como gran fan del cómic de Ms. Marvel, mi única decepción hasta ahora en la nueva serie ha sido el cambio en los poderes de Kamala. En los cómics, su mayor poder es la capacidad de estirarse y alterar su forma y tamaño, a lo que se refiere en broma como "embiggening". Es una metáfora adecuada para la experiencia adolescente.
A medida que aprende a controlar sus poderes, se enfrenta a muchas incomodidades y a muchos intentos fallidos de hacer las cosas bien. Tiene que aprender a estirarse de una manera que la empodere en lugar de simplemente agotarla.
En la serie, sin embargo, no tiene poderes de estiramiento y cambio de forma, sino que se le ha otorgado a través de un brazalete misterioso el poder de manipular la energía.
Los creadores dicen que el cambio es necesario para conectar a Ms. Marvel con otras próximas historias importantes en el Universo Marvel, y espero que tengan razón; pero temo que se pierda algo valioso con este cambio.
La brillantez del personaje de Kamala Khan es que aprende a doblarse sin romperse; a ser constante en su interior sin importar lo que venga de afuera. En ninguna parte esta metáfora es más evidente que cuando se trata de religión.
A medida que los jóvenes buscan formas de ampliar su fe para adaptarse a sus propias experiencias, los adultos a menudo temen que estén tratando de diluir la fe. Es un miedo comprensible. A lo largo de la historia, las religiones que se alinean demasiado con un momento cultural pasajero tienden a desaparecer con el tiempo.
Como católico, creo en una fe que es universal y atemporal, y eso a menudo significa que va en contra de la corriente no solo de mi propia cultura sino de todas las culturas. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos como dice Hebreos 13, 8. El mundo necesita estirarse para encontrarse en el Credo de Nicea, no al revés.
Los jóvenes necesitan poner la fe a prueba
Aún así, las palabras del Papa San Juan XXIII, el santo patrono de la escuela en la que sirvo, siguen siendo verdaderas.
Al inaugurar el Concilio Vaticano II, dijo: "La Iglesia nunca debe apartarse del sagrado tesoro de la verdad heredada de los Padres, pero al mismo tiempo debe mirar siempre hacia el presente, hacia las nuevas condiciones y las nuevas formas de vida introducidas en el mundo moderno".
El punto es que una fe que se basa en la verdad y el amor universales nunca debe tener miedo de enfrentar los desafíos particulares de un momento dado.
Los jóvenes que quieren descubrir si pueden hacer suya la fe que les dieron sus padres, que luchan por encajar en un mundo moderno que a menudo se ve y se siente en desacuerdo con la forma en que fueron criados, necesitan libertad para poder poner a prueba la verdad y verla en todo su esplendor.
Quedará por verse con el tiempo si la relación de Kamala Khan con Dios se extiende para llenar todos los rincones de su mundo o se ve eclipsada por otras preocupaciones.
Lo cierto es que Dios ama a todos los jóvenes incluso en medio de sus dudas y dolores de crecimiento. Y representar incluso una pequeña porción de ese amor en la pantalla nos da algo de esperanza de que nuestras propias luchas no son en vano.